Guatemala amplia el Estado de Calamidad

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El Gobierno de Guatemala ha ordenado ampliar por un plazo de 30 días el estado de calamidad pública decretado en septiembre por la crisis alimentaria y de dengue que actualmente afecta a más de 400.000 familias en ese país.

La precaria situación alimentaria del país centroamericano se ha cobrado la vida de al menos 462 personas, entre ellos, 25 niños, que residen en las zonas más empobrecidas de Guatemala. Se estima que unas 54.000 familias pasan hambre, mientras que más de 400.000 están siendo severamente afectadas por la más larga sequía que ha vivido ese país.

Esta es la primera vez que el Gobierno guatemalteco extiende el estado de calamidad que, según la legislación local, puede ser declarado en caso de que la seguridad o la vida de los ciudadanos se encuentre en peligro por desastres naturales, guerras o epidemias. La extensión de este estado excepcional se debe a que los males que lo provocaron no se han contenido.

Con esta medida, las autoridades guatemaltecas esperan atender los efectos de la sequía que amenazan la vida de las personas que viven en el llamado “corredor seco”, integrado por siete de los 22 departamentos del país, donde, según estimaciones, el 1,3 por ciento de los niños están en riesgo de morir por desnutrición.

El presidente Álvaro Colom ha dicho que la sequía y la “desigualdad social”, producto de “muchos años de inequidad”, han sido las responsables de la escasez de alimentos.

Las cifras oficiales revelan que el 49 por ciento de los niños menores de cinco años que viven en Guatemala padece de desnutrición crónica. Con estos datos, Guatemala ocupa la cuarta posición mundial y siendo la cifra más alta de Latinoamérica, según estudios de UNICEF.

La grave situación de hambre ha sido atribuida a los efectos que ha tenido la sequía en algunas zonas como Zacapa y El Progreso, en el sur del país, donde la falta de lluvias ha devastado el 90 por ciento de las cosechas de maíz y frijol.

Por su parte, la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas ha anunciado que la sequía ha provocado que se pierdan unas 34.000 toneladas de alimentos que nunca llegaron a manos de los guatemaltecos.

El Gobierno guatemalteco ha tenido que reconocer que el país ciertamente vive una de las peores situaciones climáticas de los últimos 30 años, la cual ha afectado a 2,5 millones de personas que viven en zonas empobrecidas y que dependen de la agricultura para poder alimentarse.

Como medidas para enfrentar la situación, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) comenzó hace unas semanas la entrega de 20 toneladas de galletas nutritivas en 164 comunidades afectadas por la hambruna.

El Gobierno destinará 7,4 millones de dólares (5,1 millones de euros) a la compra de alimentos. Se espera además que el Ministerio de Agricultura compre a México, sin pagar aranceles, más de 100.000 toneladas de maíz.

Las donaciones internacionales es lo que ha permitido a Guatemala poder salir al frente a la situación de hambruna. Decenas de países y de organismos internaciones han podido enviar toneladas de alimentos sin mayores trámites, gracias al estado de excepción decretado por Colom.

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