“Hay mucho ilustrador que se cree con estilo, cuando no sabe ni dibujar”
Bloomingdale's, Lladró u Honda y publicaciones como Vogue, Elle o Marie Claire han sido algunos de sus clientes. Para ellos, ha aplicado su obra artística, aquella que cuando los encargos publicitarios le dejan respirar se puede ver en Arcco o alguna de sus exposiciones individuales. Una manera de ilustrar que va más allá del dibujo, combinando los textiles para crear trabajos de ardua factura a mitad de camino entre la pintura y la costura.
Es el sello personal de Paula Sanz Caballero, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Valencia, que ha cerrado con su ponencia las 13+1 Jornadas de Diseño en la Escuela de Arte de La Rioja.
- ¿Cómo paso de la pintura a la ilustración?
- Empecé con la pintura figurativa de óleo hasta que me animé con la costura. Cosía por diversión, no como obra artística, pero un día expusieron mis trabajos en Arco. Primero, me llamaron de Vogue y luego de otra y otra revista... Sin darme cuenta, estaba dedicándome a la ilustración. ¡Y no sabía ni que existiera una profesión de ilustradora! He ido a salto de mata.
- Sin embargo, ha logrado conciliar su faceta artística con su vertiente de ilustradora publicitaria. ¿Cuál es la clave?
- Es difícil porque el trabajo para publicidad ocupa casi todo mi tiempo. Pero considero que mi labro artística es la que me resarce un poco de todo lo demás, la necesito para crecer, para imponerme nuevos caminos y desarrollar nuevas técnicas. Por eso me esfuerzo en hacer unas exposiciones, aunque sólo pueda permitirme una cada dos años. En principio, quería estar todos los años en Arco, pero ahora hay años que no puedo ni hacerlo. El motivo es lo laborioso de mi trabajo: lo hago todo a mano y eso hace que mis exposiciones se vayan dilatando en el tiempo.
- ¿En qué medida los clientes para los que trabaja dejan libertad a su creatividad artística?
- Bueno, hay clientes cultos. Cuanto más lo sean, más libertad tienes. Ellos son de los que saben a quien buscan y el porqué de la diferencia que pagarán por ello. Por eso, una vez que deciden que seas tú el que haga el trabajo, saben explicarte lo que quieren y desconectar al momento. Confían en ti.
- ¿Y los incultos?
- Son aquellos que quieren darte todas las pautas. Suelen llegar con buenas palabras, te regalan el oído, te dicen cosas como 'Nos encanta la ironía de tus dibujos'... Luego saltan: 'Mira, hemos pensado que nos pongas este personaje aquí y este otro allí, nos hemos permitido hacerte un boceto para que lo veas claro...'. Entonces yo me pregunto:. “¿De qué ironía me hablaban? ¿De la mía o de la suya?”. No importa el dinero; cuando van a dirigir así todo el proyecto, no lo acepto.
Un consejo para futuros ilustradores...
Muchas horas de soledad y trabajo bien entendido. Yo, cuando era estudiante, no salía. Mi pasión era estar dibujando en casa. Lo sigue siendo; también viajo mucho, no paro de ver cosas que alimentan mi imaginación. A ello, se une la formación técnica y el enriquecimiento personal a través de los libros, el arte...
- ¿Cómo ve la situación de la ilustración en España?
- Hay muchos ilustradores de moda que creen que tienen sentido de moda o de lo que entienden como estilo, cuando no saben ni dibujar. Papanatas. No saben anatomía, ni como gira una pierna, ni utilizar una cara para expresar nada. Dibujar exige horas y trabajo.
En su caso, una labor más compleja, ya que utiliza textiles en sus obras...
- Es muy pesado Tiene muy poco que ver con el trabajo del resto de ilustradores, es doscientas veces más arduo. Lo que un ilustrador al uso hace -es decir, hacer un dibujo y pintarlo- es para mí el boceto. Justo a partir de ahí, empieza mi trabajo. Además, yo coso todo a mano. No tengo ayudantes y tampoco los quiero en absoluto. Soy muy nómada y tenerlos me haría perder libertad y la felicidad de hacer lo que realmente me gusta.
- Se ve haciendo otro tipo de obra, alejada de la costura.
- Sí. Antes tenía mucha demanda de costura y a mí me fascinaba, pero ahora necesito combinarlo con otras cosas. De hecho, mi última exposición se centra más en el dibujo y el collage. Ahora necesito algo más instantáneo y empiezo a tener la necesidad de pasar a formatos más grandes, pero eso, técnicamente, no lo tengo resuelto.
- ¿En qué trabaja ahora?
- Por un lado tengo encargadas las portadas de todo el año de una cadena de centros comerciales en EEUU, además de un próximo trabajo en Rusia.
¿Hay más mercado en el extranjero para la ilustración?
- No, aunque ahora trabaje más en el extranjero, en España también hay encargos. Eso sí, aquí me cuesta más encontrar clientes que respeten mi estilo.
- ¿Poca cultura sobre la ilustración?
- La verdad, no lo sé, pero lo cierto es que hay ilustradores muy buenos en España y, por alguna razón, yo veo muy bajo nivel en las revistas. Sin embargo, tienen buenos fotógrafos o igual es que yo no sé mucho de fotografía (ríe).
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