Humilde, pero con pretensiones de crecer
Acabó la temporada con incertidumbre porque se especulaba con que tuvieran que disputar por estas fechas un partido de permanencia. De locos. Sin embargo, la sensatez ha provocado que el Mazorla Rugby Rioja tenga que ponerse manos a la obra para tratar de nos sufrir tanto en la Liga Vasca, una categoría en la que la pasada temporada sólo ganaron 4 encuentros, suficientes para sobrevivir. Esta campaña se presenta más animada, ya que aumenta el número de clubes, pasa de 8 a 10. Como expone Juan Martínez, jugador y responsable de prensa del cuadro riojano, “ahora nuestra liga empieza ya, no tenemos que esperar a febrero para empezar a competir”.
Más dura, más exigente, pero también con más posibilidades. “Todavía puede haber renuncias, pero sabemos que serán 18 partidos”. Aunque aún no ha salido el calendario, la liga empezará “a finales de septiembre o primeros de octubre”. Luego del tirón 18 jornadas para evitar estar en los puestos de abajo. “El último desciende y el penúltimo lo más seguro es que juegue un partido de permanencia, aunque todo dependerá de los ascensos y ascensos”, destaca uno de los hombres clave en la delantera del quince de la uva.
Para llegar en la mejor forma posible el equipo riojano comenzó los entrenamientos el pasado 16 de agosto. Lo hizo con novedades en el cuerpo técnico. Chino cede los trastos a Juan Diego Alcaide, Pollo, y Pedro García, que junto a Juan Antonio Palacios, Corre, se harán cargo de llevar al Mazorla Rugby Rioja lo más arriba posible. En este sentido, Pollo se hará cargo de los tres cuartos, mientras que Pedro García prestará más atención a la delantera. “Que haya parcelas más específicas provoca que se pueda diversificar el trabajo”, asume Juan Martínez.
AMISTOSO EN FRANCIA
El reto está ahí, encima de la mesa. Máxime cuando el Mazorla Rugby Rioja jugará dos partidos amistosos, los primeros, de nivel. Por un lado el primer fin de semana de septiembre, “será la primera vez que viajamos fuera en pretemporada”, acuden a la localidad gala de Mimizan para medirse al Union Athletique Mimizannaise Rugby. Y después, aún sin fecha concreta, puede ser el 9 ó el 10 de septiembre, aprovechando que el Hernani de División de Honor va a concentrarse unos días en Logroño el Mazorla se presentará ante su afición en Prado Viejo contra un equipo de máxima categoría nacional. Duelos en los que lo importante no va a ser el resultado: “Bueno, los franceses, en principio, están en una categoría similar a la nuestra, pero jugar ante Hernani sí que va a ser duro”, resalta el jugador riojano.
Encuentros que deben servir para estar a tono para cuando empieza de verdad la competición. El cuadro riojano maneja la opción de disputar un tercer choque, pero con San Mateo de por medio es más complicado. Será cuestión de cuadrar fechas. El caso es que el objetivo no puede ser otro que “mantener la categoría para poder asentarnos en esta división”, confirma el responsable de prensa. Está claro que “a todos nos gustaría decir que vamos a ascender”, pero “hay que ser realistas”. Para tratar de alcanzar los objetivos previstos sólo hay un camino: “El trabajo duro y diario. Sólo si entrenas fuerte, podrás competir”. Una filosofía que ha mantenido el Rugby Rioja desde sus comienzos.
40 FICHAS Y UN FILIAL
Una de las pretensiones para esta temporada pasa por “contar con alrededor de 40 fichas efectivas para el primer equipo”, un aspecto que podría propiciar la creación de un filial en el que “los más jóvenes o aquéllos que se incorporan a este deporte puedan foguearse en la tercera regional vasca”. Una meta, sin duda, ambiciosa para una entidad “humilde, familiar que quiere seguir creciendo y dando pasos en la evolución a todos los niveles”. Además, el trabajo de la base es importante para mantener el espíritu y hasta la fecha hay varios equipos que sostiene la cantera del rugby en La Rioja, que no es poco con las alternativas deportivas que se manejan en esta Comunidad.
Lo importante es que el día a día dirá hasta dónde puede llegar el Mazorla Rugby Rioja. Por el momento, por ilusión y ganas, no va a ser. Tampoco por intensidad y carácter. Tradicionalmente, el quince de la uva se ha caracterizado por contar con una delantera fuerte, pesada. “Los tiempos cambian, pero en este deporte sólo cabe una manera de poder competir: dar el máximo en el campo, ir al choque, placar como si fuera el último placaje... y seguir, seguir... No queda otra”, afirma Juan Martínez. Luego ya habrá momento para disfrutar del tradicional tercer tiempo, a ése seguro que se apuntan todos.
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