La adaptación teatral de 'El Nombre de la Rosa' vuelve a La Rioja
La gira comenzó en junio del año pasado y ha pisado ya más de cincuenta escenarios, entre ellos, el de Haro con el cierre del Garnacha. Ahora llega a Logroño y Calahorra en medio de unas previsiones que apuntan a que, por lo menos, la gira llegue hasta enero de 2015.
El productor ejecutivo de la compañía Ados Teatroa, José Antonio Vitoria, ha contado cómo les costó ocho años que Umberto Eco concediera los derechos para adaptar su libro al teatro. A partir de ahí, ha confesado que se trata “de esas adaptaciones que te tiemblan las piernas”.
El 'thriller' policíaco, ha relatado, es “la locomotora” de la obra. Detrás se encuentra un debate “sobre la pobreza y la riqueza en la Iglesia”. Un debate, este último, que ha considerado “no cerrado” y otro con “vigencia”, como es “a quien debe ir destinado el conocimiento”; algo en boga después de que Internet lo “democratizase”.
Habrá dos funciones de la obra el día 23. La primera tendrá lugar por la mañana, a las 11.00 horas, y a ella asistirán gratuitamente más de 700 alumnos de Secundaria y Bachillerato de varios centros educativos de La Rioja.
Por la tarde, la sesión tendrá lugar a las 20.00 horas y está abierta al público general. Las entradas están ya a la venta en www.entradas.com al precio de quince euros en patio de butacas y diez en el anfiteatro.
La primera novela del escritor y semiólogo italiano Umberto Eco ha sido adaptada por José Antonio Vitoria y Garbi Losada, que también dirige la función. Además, el cuerpo de actores cuenta con la presencia de Juan Fernández y Juan José Ballesta.
'El nombre de la rosa' se sitúa a finales de la Edad Media, una época en la que los grandes monasterios se convirtieron en centros de conocimiento a los que solo los monjes podían acceder. Durante esos años, la orden franciscana se encontraba enemistada con el Papa por la contradicción entre el voto de pobreza y el modo de vida de los miembros de la Iglesia y las riquezas que atesoraban.
En ese momento, los franciscanos, que estaban a punto de ser declarados herejes por el papado, recurren a fray Guillermo de Baskerville como encargado de mediar con los emisarios del Papa, pero antes debe resolver una serie de crímenes que tienen lugar en la abadía.
Esta historia, a caballo entre la novela gótica, la crónica medieval y la policíaca, se nutre del misterio y la intriga, las corrientes teológicas, la filosofía del amor y la necesidad de hacer perdurar la cultura, los libros y el arte.
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