La desolación crece en Pakistán

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El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) y las ONG españolas Cruz Roja, World Vision y Save the Children cuentan en primera persona la situación que se vive en Pakistán tras las inundaciones que han afectado el norte del país y la frontera con Afganistán, el posible contagio de enfermedades y el escaso acceso al agua potable es lo que más preocupa.

Según las autoridades locales, la cifra de fallecidos roza las 1.400 personas, la de afectados también ha crecido hasta los casi tres millones de personas y, además, 500.000 personas han sido desplazadas, según ha declarado el ministro de Información de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Mian Iftikhar Hussain. Por otro lado, la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Pakistán cree que la cifra de fallecidos por este desastre se incrementará, debido a que se esperan más lluvias en las zonas más dañadas por las inundaciones durante la semana pasada.

Pérdidas y nuevos retos para las ONG

Un portavoz local de UNICEF , Abdul Sami Malik, informó además de que en torno a 1,3 millones personas se han visto seriamente afectadas por las inundaciones. Aunque aun es pronto para evaluar el impacto económico que va a generar el desastre, un portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de la región de Jyber-Pakhtunkhwa, una de las regiones más afectadas, afirmó que todas las infraestructuras que han construido en la zona en los últimos 50 años han quedado “destruidas”. Además, las autoridades paquistaníes informaron de que un total de 29.500 edificios han resultado dañados por las lluvias, mientras que una vía de comunicación con China de gran importancia ha tenido que ser cortada debido a las inundaciones.

Según Cruz Roja , esta crisis tiene su propia dimensión, ya que según declara “un gran número de personas han perdido literalmente todo lo que tenían, ahora necesitamos distribuir urgentemente no sólo alimentos, sino también la forma de cocinarlos”. Las zonas más afectadas son, entre otras, zonas de Jyber-Pajtunjwa, Baluchistán, el este de Punjab y las zonas norte de la Cachemira paquistaní. “En estas zonas hay más de 100.000 hogares que necesitan ayuda” ha declarado la ONG.

Por su parte, ACNUR , que fue de los primeras organizaciones en repartir la ayuda humanitaria, ha declarado que sostendrá a unos 250.000 damnificados. “Estaban muy asustados”, recuerda un funcionario del ACNUR que ha conversado con algunas familias refugiadas en un campamento improvisado en la escuela estatal del distrito de Charsada. “Nadie estaba preparado para semejante catástrofe natural y el golpe ha sido repentino y muy duro”, añadió. Entre los damnificados por las inundaciones se encuentran también el millón y medio de refugiados afganos que en los últimos treinta años se han asentado en ambas provincias y los setecientos mil desplazados internos que a lo largo de 2009 han huido del valle del Swat y otras zonas en las que se registran enfrentamientos armados.

Las enfermedades y el problema del agua

Por otro lado, la amenaza de posibles brotes epidémicos y la falta de agua potable son las principales preocupaciones de la organización humanitaria.

Los equipos de emergencia de la ONG internacional World Vision, a la que pertenece World Vision España , ha repartido la ayuda con dificultades, por el mal estado de las carreteras y puentes y hoy, la organización humanitaria comenzará a repartir hoy agua, comida, carpas, utensilios de higiene, y en cuanto sea posible, comenzará a proporcionar asistencia médica. En cuanto a las enfermedades, “hay un riesgo elevado y real de que surjan brotes epidémicos como el cólera así como problemas respiratorios y alergias”, dice Shaharyar Bangash, del equipo de World Vision en Pakistán.

Por último, Save the Children , también ha mostrado su preocupación por la situación en Pakistán. “Las comunidades no tienen acceso al agua potable o saneamiento. Algunas personas han comenzado a beber agua contaminada, lo que aumenta la probabilidad de contraer enfermedades como la diarrea”, ha declarado Lucía Losoviz, una de las cooperantes. Junto a las autoridades locales, la organización está utilizando los medios de transporte disponibles para enviar personal sanitario y suministro a las áreas incomunicadas, como las regiones de Allai, Jambera, Di Khan, Swat y Thakot, a las que sólo pueden acceder con mulas, helicóptero o barcos.

Mientras, las preocupaciones no terminan con las consecuencias que la catástrofe ha dejado en el país, ya que las lluvias previstas para las próximas 24 horas pueden obstaculizar los esfuerzos de ayuda.

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