La excepción checa
El Tratado de Lisboa está cada vez más cerca de ser una realidad en la Unión Europea. La reunión de los jefes de Estado y de gobierno de los 27 que ayer tuvo lugar en Bruselas finalizó con un acuerdo que permitirá por fin establecer una nueva etapa en la organización internacional.
El Consejo Europeo, formado por los mandatarios comunitarios, ha decidido conceder a República Checa las garantías que pedía su presidente, el euroescéptico Vaclav Klaus, para ratificar el Tratado de Lisboa. Esta excepción permitirá que la Carta de Derechos Fundamentales no se aplique en territorio checo, algo que ya tienen Reino Unido y Polonia.
De esta manera, “el camino para la ratificación [del Tratado de Lisboa] está despejado”, ha afirmado el primer ministro checo, Fredrik Reinfeldt, en rueda de prensa al término de la primera jornada de la tradicional cumbre de otoño de líderes europeos.
“El nuevo Tratado me recuerda a una maratón de obstáculos. Y creo que hoy hemos superado el último obstáculo político. Así que muy pronto tendremos el Tratado de Lisboa en vigor”, ha declarado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Durante todo este tiempo, el presidente checo había justificado su demanda de una excepción a la Carta de Derechos Fundamentales alegando que quiere protegerse así frente a posibles reclamaciones por las propiedades confiscadas a los alemanes de la región de los Sudetes tras la Segunda Guerra Mundial. Este argumento provocó reparos en países vecinos como Eslovaquia, Hungría, Austria y Alemania.
Por su parte, el primer ministro de la República Checa ha asegurado que el acuerdo alcanzado satisface las pretensiones de Klaus, con quien se estuvo en contacto durante las negociaciones y que ya dijo el pasado viernes que se encuentra “contento” con la solución sueca y al mismo tiempo ha sido aceptado por el resto de Estados miembros. “Hemos dejado claro que no tiene impacto legal en los países vecinos”, el primer ministro sueco.
Esta excepción permitirá introducir a República Checa en el protocolo 30 del Tratado de Lisboa, que es el que recoge las excepciones de Polonia y Reino Unido a la Carta de Derechos Fundamentales. Esta modificación deberá ser ratificada posteriormente por todos los Estados miembros. Aunque Reinfeldt no quiso precisar plazos, todo apunta a que el protocolo se adjuntará al Tratado de Adhesión del próximo país que entre en la UE, Croacia o Islandia.
Sin embargo, Durao Barrosoha ha asegurado que no le gustan las excepciones
a la Carta de Derechos Fundamentales que les han sido concedidas a Reino Unido, Polonia y ahora a República Checa.“Sería mejor que todos los Estados miembros estuvieran vinculados por la Carta de Derechos Fundamentales. Pero como somos una Unión de Estados y de ciudadanos, a veces para tener acuerdos debemos hacer concesiones, reconociendo la diversidad en Europa”.
Tras este acuerdo, ahora todas las miradas se dirigen hacía el presidente checo. Klaus firmará el Tratado de Lisboa a principios de noviembre, una vez que el Tribunal Constitucional checo se haya pronunciado el próximo martes sobre el último recurso presentado por un grupo de senadores afines al presidente checo.
En ese momento, la presidencia sueca podría convocar una cumbre extraordinaria,
probablemente el 10 de noviembre, para formalizar los nombramientos de los nuevos cargos que crea el Tratado, el presidente permanente de la UE y el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común. También se pondrá en marcha la designación de los comisarios que acompañarán a Barroso en su segundo mandato.
De cumplirse este calendario, el Tratado de Lisboa podría entrar definitivamente en vigor a finales de diciembre o principios de enero de 2010.
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