La Ley de Murphy y el Balsamaiso
Cuando las cosas van mal y todo puede ir peor, todo va peor. Eso deben pensar los jugadores del Balsamaiso que se jugarán su futuro en División de Honor en menos de un mes. Entre el 30 de marzo, fecha en la que regresarán a la competición y el 20 de abril, última jornada de competición en la máxima categoría del fútbol juvenil nacional.
Y lo harán sabiendo que tienen un 50 por ciento de posibilidades de descender y que para eludir el descenso necesitan, por ejemplo, repetir los resultados obtenidos en las últimas cuatro jornadas de la primera vuelta. Así la salvación sería una realidad a costa de condenar a Pamplona, Numancia o Río Vena, los tres candidatos, junto al propio Balsamaiso, más sólidos para perder la categoría.
Y es que las sorpresas de la jornada se han convertido en dos duros golpes para los de Raúl Llona. Contaban los riojanos con llegar a la fase final de la temporada con el agua al cuello, pero nadie contaba con que el Numancia ganara al Danok Bat, quinto clasificado, ni con el triunfo del Rio Vena ante el Lagunak, séptimo.
Esas dos victorias y la derrota del Balsamaiso ante el Valladolid por la mínima han complicado su continuidad en la categoría. El Numancia les ha adelantado en la tabla y cuenta ahora con dos puntos de ventaja sobre los riojanos y el Rio Vena, en la frontera de la salvación, está ya a cuatro puntos.
El calendario juega a favor y en contra de los logroñeses. A favor porque se tiene que medir a sus tres compañeros de viaje. En contra porque tres de los cuatro partidos los jugará a domicilio.
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