La muerte silenciosa
Es una enfermedad díficil de detectar y de diagnosticar, pero incurable, irreversible y, a largo plazo, mortal. Adolfo Hernáez contrajo silicosis hace tres años mientras trabajaba en una empresa de aguas en Santo Domingo de la Calzada cortando tuberías y baldosas sin la protección adecuada. Pese a que ha sido despedido por su incapacidad para trabajar, no ha conseguido que su dolencia sea reconocida como enfermedad laboral para poder recibir así una pensión de invalidez. Por ello, ha llevado su lucha a los juzgados.
El juicio en el que Arnáez se enfrenta a las dos empresas que formaban la UTE para la que trabajaba, dos mutuas, a la Tesorería de la Seguridad Social y a la Seguridad Social estaba previsto para hoy, pero ha sido pospuesto al 12 de mayo porque una de las empresas no se ha presentado.
Este trabajador no se encuentra sólo en la lucha. Hoy ha contado con el apoyo de Podemos, Izquierda Unida y Cambia Logroño y de la recién creada Asociación Riojana de Afectados por la Silicosis 'ARAS', que busca que la sociedad y las empresas se conciencien de los riesgos de esta enfermedad para que esta situación no vuelva a repetirse.
Arnáez trabajaba en el Servicio de Aguas de Santo Domingo de la Calzada, donde estuvo expuesto a las partículas de sílice cristalina sin utilizar las medidas de protección adecuadas. Asegura que “nunca usó mascarilla”, lo que provocó que contrajera la enfermedad. La mutua le declaró 'no apto', pero ahora no reconoce la enfermedad laboral.
Este trabajador busca en los juzgados el reconocimiento de su incapacidad. Con 51 años, seis hijas y tres nietos, se enfrenta a un futuro complicado cuando, este año, finalicen sus prestaciones por desempleo. Además, “su estado de salud empeora muy rápido y no tiene la posiblidad de volver a un puesto de trabajo porque no lo van a querer en ningún sitio, puesto que no puede acercarse a ambientes pulvígenos (que generan polvo)”, lamenta su mujer, Juani Capilla.
Su objetivo es lograr que las empresas tomen medidas preventivas. “Sus excompañeros en Santo Domingo, a día de hoy, siguen trabajando sin usar mascarilla”, pese a que ya hace 10 años que la silicosis ha sido reconocida como enfermedad laboral.
Y es que ahí está la contradicción. Como señala su abogado, Pablo Rubio, Arnáez ha perdido su puesto de trabajo por una valoración que le reconoce sufrir silicosis y la empresa le ha despedido por la imposibilidad de trabajar en ese puesto, pero la Seguridad Social señala que no tiene incapacidad permanente y que la empresa tiene que mantenerlo en su situación laboral“.
UNA ENFERMEDAD MORTAL
La silicosis es una enfermedad respiratoria producida por la inhalación de sílice que afecta a los pulmones causando graves daños. Lo que hace la sílice es penetrar en el tejido pulmonar y cortar tejido. Allí donde corta, cicatriza y donde cicatriza, el pulmón deja de funcionar. Se van formando nódulos que se acaban juntando y forman masas que va menguando la capacidad pulmonar.
Además, al debilitar las defensas del pulmón, esta enfermedad puede producir tuberculosis y cáncer de pulmón. Pese a que se daba prácticamente por extinguida, y cuando todo el mundo preveía que desaparecería con la minería, se vuelve a plantear en la manipulación de aglomerados de cuarzo.
MEDIDAS PRIORITARIAS
Para hacer frente a esta situación, la Asociación Riojana Afectad@s Silicosis ha reclamado la necesidad de que la silicosis sea declarada legalmente incapacitante en cualquiera de sus grados y de que los neumólogos comuniquen la sospecha de la existencia de esta enfermedad en un paciente.
También apuesta por prohibir los aglomerados de cuarzo con más de un 20% de sílice cristalina, y por la adopción de medidas preventivas rigurosas de prevención en las marmolerías, en las fundiciones y en todas las empresas con presencia de sílice cristalina.
Además, alerta del riesgo que supone para cualquier ciudadano pasar por una obra en la que se está trabajando con aglomerados que contienen sílice.
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