La política “un hijo por pareja” podría cambiar en China
La norma de “un hijo por pareja” que el gobierno chino estableció hace 30 años ha controlado el aumento de la población pero ha provocado angustia a millones de parejas. En el 30º aniversario el gobierno de China muestra indicios de flexibilizar esta polémica política.
La extensa población china, que se espera llegue a 1.650 millones en el 2033, ha sido controlada por los planificadores centrales que aseguran que la política de un niño ha librado a China de las presiones de cientos de millones de personas adicionales que habrían hecho escasear el agua y los recursos alimenticios, así como la capacidad del país de educarlos y emplearlos.
Por otro lado, esta ley tiene numerosos críticos debido a los abortos obligatorios, las esterilizaciones, la aplicación de castigos y la creciente diferencia entre géneros, puesto que millones de niñas habrían sido abortadas en un país que tradicionalmente favorece a los herederos masculinos.
En este sentido, China ha ido permitiendo, con los años, algunas excepciones a la política, como la autorización a las familias rurales a tener un segundo hijo si la primogénita es mujer, o también permitir a las parejas de algunas ciudades un segundo hijo si ambos padres no tienen hermanos.
Este anuncio de cambio ha venido de las declaraciones del director de la Comisión de Planificación de Población y Familia de Guangdong, Zhang Feng, al diario Southern Metropolis Daily, en las que ha afirmado “si el control de población alcanza la meta esperada, es posible que Guangdong permita a las parejas en la que uno de sus integrantes es hijo único que tenga un segundo hijo después del duodécimo plan de un lustro”.
Así, la ciudad de Guangdong, cercana a Hong Kong, tiene unos 100 millones de habitantes y el duodécimo plan de un lustro se extiende hasta el 2015. Después del 2030 el ministro confirmó que cualquier pareja de Guangdog podría tener dos hijos.
Por otro lado, a medida que la población china envejece y los salarios aumentan lentamente, el gobierno se muestra preocupado sobre quién cuidará a los ancianos que no puedan encontrar empleos debido al desestabilizador aumento de la población juvenil.
Además, los crecientes costos de vivienda y educación hace que muchas parejas urbanas pierdan el interés en las grandes familias de sus ancestros, sin embargo, a muchos sí les gustaría tener un segundo hijo.
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