La UNIR estudia el ciberacoso y observa un uso compulsivo de Internet en España
La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha realizado un estudio que analiza por primera vez el ciberacoso en adolescentes de España, Colombia y Uruguay. Indica una mayor prevalencia de conductas de ciberacoso leve entre los 10-14 años y una significativa tendencia del uso problemático de Internet en España, sobre todo del uso compulsivo.
El estudio explica que “muchos problemas psicosociales han encontrado su equivalente en el ciberespacio” con sus propias especificidades como la inmediatez con la que se producen las actuaciones, la posibilidad de anonimato, la conexión continua, entre otras. Un ejemplo es el ciberacoso: “un problema cuya prevalencia se ha incrementado considerablemente en los últimos años”. Aunque en Estados Unidos y Europa se ha investigado ampliamente, no ocurre lo mismo en Latinoamérica.
La investigación de la UNIR analiza y compara por primera vez puntuaciones de cibervictimización y ciberagresión entre España, Colombia y Uruguay. Los resultados evidencian que “España presenta más situaciones de cibervictimización leve que Colombia, así como de ciberagresión respecto a Colombia y Uruguay”.
6,8% de uso problemático de la red
También describe y compara el perfil del ciberobservador en los tres países. Según los porcentajes totales obtenidos, la mayor parte de la muestra se posicionó en el perfil de defensor de la víctima, seguido por el de no comprometido con la situación. “Los datos muestran una distribución homogénea entre los tres países, excepto en las fórmulas que apoyan al agresor (ayudante y reforzador), especialmente altas para la muestra colombiana en el rango de 10-14 años y donde el apoyo a la víctima es menor”.
En relación con el uso problemático de Internet, la horquilla varía entre el 4,5% en Uruguay y el 6,8% en España. Respecto a las dimensiones de este uso problemático de Internet que parecen predecir mejor el ciberacoso, se encuentran la regulación del estado de ánimo (para cibervictimización), las consecuencias negativas (para ciberagresión) y el uso compulsivo (para ambas).
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