Las carencias afloran con los malos resultados
La efectividad vino para ayudar a la UD Logroñés a enganchar seis victorias seguidas -bienvenidas-, pero una vez que se ha marchado, los problemas crecen en el conjunto blanquirrojo. Ahora resulta que todo es mala suerte. ¿Mallorca, Ponferradina, Rayo Vallecano? Pues no. Que ante el líder la expulsión de Andoni López condicionó, sí; pero ante los bercianos hubo dos errores defensivos que impidieron sumar y frente a los madrileños faltó concentración tras el gol de Bogusz y después, con el marcador adverso, capacidad para generar ocasiones e inquietar a Luca Zidane, un espectador, ante los riojanos.
Porque además de esa pizca de mala fortuna -véase el 2-1 de este sábado cuando Medina quiere despejar, pero marca en su propia portería-, esta UD Logroñés no es la que mantuvo su portería inexpugnable durante cinco encuentros consecutivos. La facilidad con la que los rivales marcan (poca culpa han tenido los porteros) da para que los blanquirrojos recuperen el hambre por mantenerse en la categoría. El conjunto riojano ha bajado un punto la concentración, la intensidad. Es como si esos 18 puntos del tirón que sirvieron para ganar en confianza hayan dado paso a cierta relajación; inviable para continuar en la Liga SmartBank.
Cierto que el bloque logroñés estaba por encima de sus posibilidades, que la realidad era ficticia -se está demostrando-, pero es que no se puede pasar del blanco al negro en tan poco tiempo. Ya se conocía que la limitación de la plantilla es la que es; así que no debería extrañar que cuando las rotaciones llegan (continuarán ante el exigente calendario) haya altibajos. Pero en estas tres derrotas se ha evidenciado que el marcador coarta a la UD Logroñés. Si va por delante, se crece (lógico), si vas por debajo se ven las carencias.
Por ahí pueden comprenderse la derrota sufrida en Vallecas. En la igualdad apenas se notan las cosas, te mantienes a flote, sobrevives y esperar que suceda algo que cambia el rumbo. Si no hay variación, aguantas hasta el final como puedes. Si el resultado favorece, pones la piel si hace falta para que así siga; si por el contrario, vienen mal dadas, en el caso de la UD Logroñés, es muy difícil -a día de hoy- que se modifique el marcador. Es una cuestión innata en un club al que le ha costado históricamente remontar los partidos y en esta categoría, cuesta más.
Hay que añadir que apenas hay mordiente ofensiva. No se genera. Ni se tira desde lejos, ni se ponen centros, ni se combina para llegar en superioridad… Es un ataque previsible y con cuentagotas. Por ello, es necesario buscar alternativas. Cuando al final se logran los tres puntos todo parece maravilloso, pero en este mismo medio, ya se ha puesto sobre el tapete que los resultados (en esa espectacular racha) estaban por encima de lo mostrado en el campo y que esa versatilidad podía llegar un momento que se iba a perder. De hecho, el camaleón parece agotado y necesita reponerse.
Hasta nueve hombres cambió Sergio Rodríguez para la cita de Vallecas después del duelo del pasado miércoles. La justificación, lógica, hay que encontrarla en la concatenación de encuentros que ha habido y que va a acumular el cuadro blanquirrojo. La novedad más destacada fue la presencia de Miño bajo palos, ya recuperado de las molestias que le han tenido apartado muchas jornadas de las convocatorias. La presencia de Andoni López -apenas pudo jugar tres minutos en Mallorca pese a salir de inicio- en el lateral, lo que motivó que Iñaki jugara por delante y estuviera liberado en tareas defensivas, así como el centro del campo Sierra y Petcoff fueron significativos movimientos del técnico logroñés.
De partida, el duelo estuvo equilibrado en todo, tanto en imprecisiones como en el poco riesgo que se asumía a la hora de elaborar el juego. Es decir que ambos contendientes estaban expectantes a que sucediera algo. Y ese algo fue un centro de Iñaki, Ander Vitoria no llega al remate, despeja Fran García de forma defectuosa y el balón lo recupera Rubén Martínez, que pugna con el lateral. El cuero, además, toca en la mano del futbolista local. El árbitro, en primera instancia, pita falta del jugador balear en el forcejeo y que después hay mano. Pero el VAR entra en escena para que el colegiado rectifique, no aprecie falta y sí la mano.
Penalti que transformó Bogusz -el especialista Andy estaba en el banquillo- para convertirse en el blanquirrojo más joven en marcar en liga en la historia del club. Sin embargo, la alegría no duró casi nada. Apenas un suspiro, ya que el Rayo Vallecano, en dos detalles, le dio la vuelta al marcador casi sin pisar el acelerador. Demasiado fácil. Primero Fran García, en una buena galopada por la izquierda, buscó a Pozo por dentro que llegaba al remate libre de marca. El rayista no le dio, pero sí Antoñín, en el segundo palo, para empatar.
Y cuando los dos equipos se adaptaban a la igualada, vino un córner que remató Catena -luego volvería a cabecear otro que se marchó alto- y que Medina, involuntariamente, en su intento de despejar, introdujo el cuero en la red cuando Miño lo esperaba para recogerlo. De no pasar nada, a sucederse los goles con poco fútbol entre medias. El Rayo Vallecano, con poco, continuó buscando a Pozo por dentro, principal problema de los blanquirrojos, mientras que Isi, desde la derecha, era el que generaba peligro, como con una falta que se fue a córner tras tocar en la barrera.
Por su parte, la UD Logroñés no reaccionaba y sólo se intuían cosas diferentes cuando Bogusz se hacía con la pelota o cuando Iñaki percutía por su perfil. Excesivamente poco. Medina, además, dejaba su lugar por molestias físicas a Iago López -no es la primera vez-, lo cual reducía la capacidad del preparador blanquirrojo. Hasta el descanso, dominio de los de Andoni Iraola y un amago de remate de Petcoff.
La segunda parte comenzaba con algo más de equilibrio. Sin chispa, sin ocasiones, pero con los logroñeses más decididos. En una falta lateral lejana, después de varios rechaces, Rubén Martínez tiró y Gorka, con la cabeza, dirigió la pelota pero se marchó lejos de la portería. La UD Logroñés quería, pero no podía. El Rayo Vallecano, para controlar más el choque, empezó a combinar. Pozo, al rato sería sustituido, e Isi entraba en juego y el primero, de no mediar Clemente, estuvo cerca de firmar la sentencia antes de la hora.
Sergio Rodríguez movió ficha para poner en el campo a Andy y a Leo Ruiz por Petcoff y Bogusz. Apenas se notó, salvo una jugada puntual en la que combinaron Andoni López y Ander Vitoria con destreza y sólo faltó el remate, que esperaba Leo Ruiz, pero Catena despejó cuando el colombiano estaba a punto de engatillar. Por si fuera poco, Miño recaía de sus molestias, y el entrenador logroñés (más allá de Siddiki por Andoni López) no podía modificar más cosas, ya que Pradas -cuarto portero en jugar esta temporada- debutaba en la Liga SmartBank.
Los anfitriones fueron cautos en su ambición, aunque seguían manejando los tiempos ante un contrincante con escasos argumentos ofensivos. La banda izquierda local continuaba siendo complicada de parar con Fran García, insistente, y su velocidad. Además, Mario Suárez, en una falta lateral, remató a placer alto en el segundo palo en lo pudo ser el tercero. ¿La UD Logroñés? Ahí estaba, sin sentirse cómoda, siendo superada en casi todo y apelando a encontrar un resquicio para empatar a modo de jugada a balón parado o acción individual. Lo único que vio fue una expulsión, la de Leo Ruiz por dos cartulinas en dos acciones similares (golpeo con el codo en el salto) que le impedirán estar disponible en la siguiente cita; donde hay que confiar se vea a una UD Logroñés menos dócil, más al límite (en todos los aspectos) y con las ideas más claras.
Ficha técnica
Rayo Vallecano: Luca Zidane; Advíncula, Catena, Velázquez, Fran García; Isi (Mario Suárez, min. 78), Óscar, Trejo (Andrés, min. 78), Álvaro; Pozo (Jony Montiel, min. 63) y Antoñín (Bebé, min. 86).
UD Logroñés: Miño (Pradas, min. 78); Medina, Gorka, Clemente, Andoni López (Siddiki, min. 78); Rubén Martínez, Sierra, Petcoff (Andy, min. 64), Iñaki; Bogusz (Leo Ruiz, min. 64) y Ander Vitoria.
Goles: 0-1, min. 19: Bogusz, de penalti. 1-1, min. 22: Antoñín. 2-1, min. 26: Medina, en propia puerta.
Árbitro: Iñaki Vicandi Garrido (Comité Vasco). Expulsó a Leo Ruiz, por doble amarilla (mins. 71 y 91), por la UD Logroñés. Amonestó a Siddiki (min. 94) y a Sergio Rodríguez (min. 95), por la UD Logroñés.
Foto: Rayo Vallecano
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