Antoñanzas pide un espacio para Buscarini en la Biblioteca Rafael Azcona
El concejal del Partido Riojano (PR+) en el Ayuntamiento de Logroño, Rubén Antoñanzas, ha pedido hoy que se dedique una de las salas o instalaciones de la Biblioteca Rafael Azcona, única biblioteca municipal de la ciudad, al poeta riojano Armando Buscarini, identificando la misma con una semblanza del autor y su referencia histórica, así como con varios de sus poemas.
Buscarini es el poeta bohemio y maldito por antonomasia en la España de principios del siglo XX y, seguramente, uno de los poetas riojanos más relevantes del siglo pasado. Nació en Ezcaray en 1904, hijo de madre soltera, algo muy significativo en aquella época y que sin duda marcaría la personalidad de este riojano, que inició su carrera literaria en Madrid en 1918.
Durante los siguientes once años -entre 1918 y 1929- publicó cerca de 40 obras literarias. Armando Buscarini publicó sobre todo poesía, pero también narrativa y obras de teatro. Además, publicó sus poemas en una veintena de publicaciones de la época, compartiendo protagonismo con los escritores más relevantes de la literatura nacional. En 1929 ingresó en el Departamento de Observación de Dementes de Madrid y, tras ser trasladado a Valladolid, pasó sus últimos años en el Hospital de La Beneficencia, en Logroño, donde murió el 9 de junio de 1940.
Durante los años 20 del siglo XX se hizo famoso en Madrid por su vida bohemia y, a su muerte, fue recordado por autores de la época como Rafael Cansinos Assens, Ramón Gómez de la Serna, César González Ruano y, más recientemente, por el Premio Cervantes Francisco Umbral, Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena.
Por todo ello, el concejal del Partido Riojano considera que “el Ayuntamiento de Logroño, localidad en la que falleció, tras vivir los últimos años de su vida, debería honrar su memoria dedicándole un espacio relacionado su actividad vital (la literatura) en alguna de las salas o instalaciones de la Biblioteca Azcona, única biblioteca municipal de Logroño, identificando la sala bien mediante vinilos o placas que establezcan una semblanza del autor y su referencia histórica, así como varios de sus poemas”.
A juicio de Antoñanzas, “el propio Ayuntamiento de Logroño podría organizar una o varias jornadas anuales en la biblioteca Rafael Azcona para poner en valor la figura de Armando Buscarini, en la que se rindiera homenaje al autor, así como del resto de autores reseñados”.
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