Flores de noviembre
La Plaza Joaquín Elizalde vuelve a ser el escenario del tradicional mercado de las flores que se celebra con motivo de la festividad de Todos los Santos. El mercado repite ubicación ya que en anteriores años se había celebrado en la Glorieta Doctor Zubía.
Pero la falta de espacio, el tráfico de la zona y la ausencia de plazas de aparcamiento motivaron esta modificación el año pasado. Y el resultado fue bastante satisfactorio para comerciantes y compradores. Pedro Buero, presidente de la Asociación de Floristas, asegura que tal y como se presenta el tiempo estos días, es mejor tener un sitio con techado para el mantenimiento de las flores y contar con buena iluminación.
“En la Glorieta cuando al comenzar a anochecer y entre la hojarasca de los árboles, no se sabía lo que se estaba vendiendo” ha dicho Buero. Desde el Ayuntamiento se ha asegurado que se apoyará a los profesionales de prestigio por lo que sólo se ha dado permiso de puesto a los floristas acreditados de la ciudad y a algunos agricultores que cultivan flores en sus huertas.
Nada de oportunistas que compraban grandes cantidades de flores a las que querían dar salidas como fuera en estos tres días por lo que bajaban el precio del ramo o centro con respecto al de los demás profesionales.
En total serán 35 puestos entre los que hay 20 profesionales floristas y 15 agricultores. Todos ellos estarán en el mercado durante los días, 30, 31 de octubre de nueve de la mañana a nueve de la noche y el día 1 de noviembre desde las nueve hasta las tres de la tarde.
Cada puesto puede vender unos 300 ramos y 300 puestos durante los tres días. El precio puede variar dependiendo de la flor que se elija. La flor estrella de este año sigue siendo el clavel cuyo precio en centro es de 35 euros y en ramo unos 18. Pero también se vende mucho la maceta de crisantemos que se conserva bien con frío y humedad. Aunque también hay ramos con flores más perecederas pero más sofisticadas como las orquídeas que oscilan entre los 300 y 400 euros, un trabajo de diseño más profesional.
En cuanto a la crisis, los floristas creen que no incidirá en la venta de flores. “La gente hará un esfuerzo estos días y comprará, aunque mirará el precio, pero comprará”, ha asegurado Pedro Buero. Y es que una festividad como la de honrar a los muertos, obliga -al menos una vez al año- a rascarse el bolsillo.
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