La Guía Repsol se va de pinchos por la calle Laurel de Logroño
Que la calle Laurel está de moda no es algo nuevo porque la Guía Repsol se hace eco de la mítica calle de tapeo de Logroño. “No son pocos los ejemplos que podríamos citar de ciudades en la que la zona de tapeo es el epicentro de la vida social de sus habitantes”, comienza el reportaje. Y lleva razón, porque el ir de pinchos por la calle Laurel de Logroño es algo más. Así, junto al Viejo o Gros de Donosti, el Barrio Húmedo de León o el Van Dyck de Salamanca, vuelve a aparecer la calle Laurel de Logroño.
Un recorrido por la calle Laurel de Logroño
Así, la Guía Repsol recorre la calle Laurel de Logroño. El Bar Angel, el Lorenzo, Travesía del Laurel, Blanco y Negro, La Taberna del Tío Blas, La Tavina, Mesón del Abuelo o El Perchas son algunos de los establecimientos que destacados. Del Bar Ángel, dice que es uno de los símbolos de la calle Laurel con su pincho de champiñón a la plancha coronado con una gamba al ajillo. “Llama la atención que algo tan simple pueda tener tal legión de adeptos, pero la realidad es que el punto que se le da al hongo es magnífico -la curtida plancha tendrá algo que ver- y la grasilla extra que le aporta el ajillo le dota de un tono fantástico”.
El Bar Lorenzo dice al Guía Repsol, “hace apología del gochismo máximo: un pincho moruno rebosante de grasa acomodado en un pan reblandecido y regado con esa suerte de ”salsa de la abuela Damiana“. Y también se cuela en este paseo de la guía la Travesía del Laurel y el Blanco y Negro con un ”matrimonio atípico“. Porque ”además de la consabida anchoa y el boquerón en vinagre, aquí se añaden unas tiras de pimiento verde frito que combinan estupendamente, aportando un punto de dulzor y grasa muy agradable“ .
De la Taberna del Tío Blas dice que es el “principal exponente de la oferta más moderna y variada de la calle con una barra poblada de distintos tipos de pinchos al más puro estilo donostiarra y con un amplio surtido de elaboraciones preparadas al momento”. Y el título al más “fino es para La Tavina”. “Combina un bar de vinos en la planta baja, vinoteca (que alberga unas 500 referencias) con mesa corrida en la intermedia y comedor algo más formal en la superior. No se pierdan la careta de cerdo crujiente, pura gula, junto con uno de sus tropecientos vinos por copas”.
Y de La Tavina al Mesón del Abuelo. “Otro local donde la plancha es la que marca las diferencias. En este caso, para dar forma a un pincho de sepia -perfecta de punto- con mahonesa, desbordante de grasa y al que el toque de la chapa incandescente le confiere un regusto tostado realmente interesante. Como es norma generalizada en toda la zona, la sencillez como bandera”.
Y cómo no, la oreja rebozada de El Perchas aparece también en este recorrido por la Guía Repsol. Y es que, como bien apunta, “El Perchas es una institución en Logroño y no es para menos. Nada de rebozados etéreos ni minimalismos, un bocado pleno de gelatina y con una capa externa más que notable, lo convierten en uno de los bocados más populares de la calle. Y no dejen escapar su versión picante, igual de recomendable y satisfactoria”.
Del Sebas asegura que “comparten protagonismo su tortilla y su pimiento relleno” y de ahí salta al Soriano. Un establecimiento en el que al igual que el Ángel, “cuenta con una legión de seguidores acérrimos, fieles defensores de éste frente al otro”. Y, por último el Restaurante Tahití, “el más formal de la lista”. En el Tahití se precian de servir la tortilla con más fama de Logroño, a partir de una receta muy básica, sin cebolla, sin notas tostadas en la patata, de grosor contenido y un punto medio de cuajado. Estupenda en su sencillez.
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