“Las terrazas no han tomado la calle”
Los hosteleros son tajantes: “las terrazas no han tomado la calle”. Así lo asegura el director general de Arbacares, Enrique Arévalo, quien defiende que la mayoría de los establecimientos funcionan correctamente y respetan la normativa existente en cuanto al espacio ocupado. Eso sí, reconoce un punto conflictivo: Bretón de los Herreros. “Ahí hay una excesiva concentración de terrazas, te encuentras unas pegadas con otras”.
Arévalo pone fecha al inicio de este problema: la ley antitabaco, que supuso un aumento de la demanda de terrazas por parte de los clientes, tanto en verano como en invierno, para poder fumar en la calle. “Al no permitir reservar espacios para fumadores dentro de los bares, se ha echado a los ciudadanos a la calle y todos los locales necesitan terraza”, asegura. Eso explica que el número de terrazas en Logroño haya pasado de unas 200 a 500, cuando antes de la polémica ley no había incrementos considerables de un año para otro.
En cualquier caso, Arévalo cree que los pequeños problemas de ruido o falta de espacio generados son “las pequeñas servidumbres de la convivencia. Hay que entender que es un servicio que demandan los ciudadanos. Las terrazas son un elemento de ocio, de esparcimiento y embellecen la ciudad”.
Y también lo deben entender los vecinos que, para el director de Arbacares, “deben saber que vivir en el centro tiene sus inconvenientes”. Admite que vivir en una zona donde hay muchas terrazas “puede suponer molestias de ruido y dificultades de acceso, pero son molestias tolerables que exige la convivencia y para eso está la normativa, para evitar que se generen ruidos y evitar que se invada el espacio”.
¿DEMASIADAS TERRAZAS EN LA CALLE BRETÓN?
Sin embargo, esos pequeños problemas se acrecientan en la calle Bretón. “En el resto de la ciudad no hay problemas de espacio, pero aquí el Ayuntamiento debería ir más allá y oxigenar un poco esta vía”. Así lo considera Arbacares, que demandan una regulación específica para esta calle.
Entre las posibles soluciones que Arévalo propone para Bretón de los Herreros, figura el permitir perimetrar de forma estética el espacio con estructura fijas, para que las terrazas queden cerradas, como ya sucede en Gran Vía, lo que evitaría un excesivo esparcimiento de las mesas y las sillas a lo largo de toda la calle.
Y es que desde que el Ayuntamiento modificó la ordenanza para que los establecimientos pagaran por metros cuadrados en lugar de por velador (el conjunto de una mesa y cuatro sillas) se ha incrementado el número de mesas, que se ajustan al máximo en muy pocos metros cuadrados. “Hay que rentabilizar al máximo esa superficie”, explica Arevalo, para quien deberían volverse a la normativa anterior y pagar por veladores.
Los problemas, por tanto, no son tantos para Arbacares, donde reconocen que los vecinos tienen derecho a descansar y creen “comprensibles” sus quejas, si bien defienden las bondades de las terrazas para una ciudad como Logroño.
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