Los dos primeros peregrinos satisfechos con el albergue remodelado
@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm }
Tomas Peterman es suizo y es la segunda vez que hace el camino. El año pasado lo hizo desde Le Puy hasta Santiago de Compostela, 1.500 kilómetros. Este año se lo ha tomado con más calma. Ha comenzado en Pamplona para acabar en León y espera recorrerlo en un mes a ritmo de 45 kilómetros diarios.
Tomas hizo parada en Logroño el año pasado y nadie mejor que él nos puede explicar (con la inestimable ayuda del hospitalero a la hora de traducir) la diferencia de la acogida. Ha sido el primer peregrino que ha entrado en el albergue tras su remodelación y afirma que está todo mucho más ordenado y más limpio. Nos cuenta que las lámparas, los cuadros y todo en general está más nuevo.
Preguntándole por el dormitorio recuerda que el año pasado había tanta gente y estaba todo tan desordenado que no veía a simple vista la mochila y temía que se la robaran. También hay que tener en cuenta que estamos a febrero y que la otra vez recorrió el Camino de Santiago en julio, en el máximo apogeo de peregrinaje.
Dice que el año pasado había muchísima gente y que este año con más tranquilidad ha aprendido de la experiencia anterior, se ha traído una mochila más pequeña y no repetirá nunca más lo de hacer el Camino en julio. Asegura que esta vez hay menos gente que el año pasado, a pesar de ser Año Jacobeo, pero que se ha encontrado a gente de todos los países.
Este suizo dice que repetirá. Este año recorrerá lo que pueda de la Ruta Jacobea durante un mes y que intentará aprender español. El año que viene irá a por el resto de lo que le queda del Camino.
Piocr Bajor ha llegado con Tomas Peterman al albergue de peregrinos de Logroño. También ha
empezado la Ruta en Pamplona y seguramente se habrán encontrado por el camino. Aunque es polaco, viene desde Valencia y es la primera vez que hace el Camino. “Como muchos del camino, vamos caminando para relajarnos y encontrar lo que dicen, que este camino es estupendo, uno está consigo mismo, sigue caminando, conoce a gente parecida, en situaciones complejas y eso te sirve para renovarte”.
Tan sólo lleva algo más de 100 kilómetros pero hasta ahora dice tener una buena experiencia. “Algunas veces frío, algunas veces lluvia y cuando subes un puerto lo único que piensas es llegar y ver lo que hay detrás. También llegar al albergue, descansar, hacerte la comida y dormir. Ésta es la preocupación que hay”.
También apunta que te puedes encontrar a gente de todo tipo y condición. “La gente que no te interesa pues simplemente que sigan caminando y ya está, pero normalmente la gente es muy enrollada. Si necesitas algo, se comparten las cosas: palabras, dormir, comida... Muchas cosas que sobran se dejan en la nevera para la gente que viene detrás. Es una experiencia distinta. Ésto en la sociedad que tenemos no es muy habitual”.
Piocr Bajor cree que esta experiencia es el principio de una renovación y le ayudará a volver a comunicarse con la gente. Respecto al albergue de Logroño, aunque no lo puede comparar con cómo estaba antes, dice que está guapísimo, limpísimmo, estupendo y nuevo.
Alexis Palacios es el nuevo hospitalero del albergue de peregrinos de Logroño. Lleva nueve años en la capital riojana y se considera logroñés. Habla inglés, francés y alemán y ha hecho dos veces el Camino de Santiago. “Estaba interesado en colaborar en promocionar el Camino de Santiago aquí porque sí que es verdad que estaba un poco... Siempre oías de Burgos, de Pamplona, pero de Logroño no”.
La labor del hospitalero es muy importante, aunque él parece una persona bastante humilde e intenta restarse protagonismo. Su trabajo es voluntario, como se dice 'por amor al arte' y tiene como objetivo pasarlo bien, practicar idiomas, conocer a gente, hacer amigos, promocionar el Camino de Santiago a su paso por Logroño y que el peregrino esté a gusto.
De su experiencia haciendo el Camino de Santiago se lleva el conocer a mucha gente de diferentes culturas y nacionalidades, saber un poco más sobre la Historia del Arte... “Lo bien que se portó la gente conmigo, pues intentar ayudarles ahora yo a ellos porque sabes lo que es el cansancio, las palizas... Y cuando llegue el final del día que estén a gusto”.
En esta nueva andadura está al frente la Asociación Cultural Utreia, que gestionará el albergue. Francisco José Marín es su presidente y nos cuenta que han colaborado con la puesta en marcha del albergue y que ahora están formando a voluntarios para atender a los peregrinos. “La función es atender a los peregrinos, informarles y que salgan contentos de la ciudad”.
Francisco ha hecho la Ruta Jacobea cinco veces, fue secretario de la Asociación Amigos del Camino de Santiago e incluso estuvo rigiendo el albergue. Además la asociación ya participó en la inauguración del albergue en 1993. “La experiencia la llevamos muy nutrida”.
También quiere animar a la gente a hacer el Camino: “Hay que hacelo al menos una vez en la vida y después ya veréis como lo volveréis a hacer, pero sobre todo la convivencia con la gente. Yo todavía me carteo y visito a gente en Córdoba, por ejemplo. La última vez que hice el camino fue hace unos 15 años y todavía hay un cordobés que sube con su hijo a mi casa y yo bajo a la suya”.
0