Los biocombustibles no son ecológicos
y ActionAid ha publicado el informe “Comida o gasolina: el impacto de los biocombustibles industriales en las personas y el hambre en el mundo”, donde se explica que el uso de biocombustible podría aumentar en 100 millones el número de personas que sufren hambre si se alcanzan los objetivos que la Unión Europea se ha propuesto para 2020 sobre el consumo de biocarburante.
Ayuda en Acción y ActionAid explican que el uso de este tipo de combustible no es ecológico “a pesar de su publicidad y denominación ”verde“, la mayoría de los biocombustibles industriales no ahorran emisiones de gases de efecto invernadero si se comparan con los combustibles fósiles a los que reemplazan”, aseguran desde las ONG.
El autor del informe, Tim Rice, es contundente, y dice que “los milagros no crecen de los árboles ni de cualquier otra planta. El uso de cultivos para hacer combustible para coches aumenta el hambre y no sirve para ayudar a detener el cambio climático”.
Se están produciendo grandes cambios en los suelos cultivables, que afectan gravemente en los hábitats ricos en carbono como las selvas tropicales, explican las ONG. “El uso de fertilizantes adicionales para cultivar biocombustibles libera óxido nitroso, uno de los gases de efecto invernadero más contaminantes”.
Además de desmentir las cualidades ecológicas del biocombustible, el documento detalla que la cifra de personas que sufren hambre podría incrementar en 100 millones, si se cumplen los objetivos que la Unión Europea se ha planteado conseguir para el año 2020.
La nueva legislación europea establece que el 10% de los combustibles de los transportes deben proceder de fuentes renovables en 2020. El problema es que los estados intentan cumplir con la norma usando los biocombustibles industriales, en vez de otro tipo de energías verdes. “Si ese 10% se cubriera a partir del uso de los biocombustibles, haría falta cultivar 17,5 millones de hectáreas para cubrir la demanda, es decir, más de la mitad del tamaño de Italia”, explica el informe.
La gran mayoría de los biocombustibles industriales están hechos de maíz, trigo, caña de azúcar o aceites vegetales como el aceite de palma, soja y colza. Por lo tanto, según las ONG, “además de dejar sin alimentos a la gente que más los necesita hará que los precios de estos alimentos se vean incrementados”.
“El mundo está en un punto de inflexión. Los gobiernos de la UE deben reconocer los problemas inherentes a los biocombustibles industriales y actuar de inmediato para cambiar sus políticas sobre el uso de los mismos. Si no lo hacen, abren la puerta a un futuro para los pobres del mundo donde el hambre y las crisis del clima seguirán aumentando”, añade Tim Rice.
La producción de los biocombustibles también conlleva otros problemas, según explican ActionAid y Ayuda en Acción. Las multinacionales de los países miembros de la Unión ya han empezado a comprar terrenos en los países en vías de desarrollo, lo que provoca el desplazamiento de las personas que viven en ellos. “Las mujeres campesinas son las más afectadas ya que están perdiendo sus medios de subsistencia y gastan más tiempo en ir más lejos para llevar a cabo tareas domésticas como la recogida de leña”, afirman.
Por estas razones, Ayuda en Acción y ActionAid piden al Gobierno español, presidente de turno de la UE que detenga esta legislación y “cumpla los compromisos suscritos por Zapatero de lucha contra la pobreza”.
La Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), por su parte ha querido desmentir estas palabras, y asegura que “la realidad va precisamente en la dirección contraria”.
En este sentido, APPA asegura que la producción y el consumo de biocarburantes “contribuye decisivamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte, garantizando al mismo tiempo la conservación de los bosques y otras áreas protegidas por su elevado valor ecológico”
Según han explicado los productores las emisiones descenderán gracias al uso de biocarburantes. “En su primera fase se reducirán al menos un 35%, un porcentaje que se elevará hasta el 50% a partir de 2017, con diversos biocarburantes avanzados que son ya capaces de alcanzar rebajas de emisiones de entre el 80% y el 95%”.
La asociación ha querido destacar que la consecución de los objetivos de la UE para 2020 “será posible dedicando un máximo de 12 millones de hectáreas de tierras en la UE, el 10% del total, frente a los 18 millones previstos anteriormente”.
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