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Los países latinoamericanos, también revisan el NPT

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Si hace unos días países como Estados Unidos daban su opinión en la octava Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, ahora le toca el turno a los países que forman América Latina. En este foro de debate, representantes de Cuba, Argentina, Perú y Costa Rica han podido expresar su postura en cuanto a este tipo de armamento y su reducción.

Así Cuba expresó su preocupación porque la disuasión nuclear continúa siendo parte esencial de las doctrinas de seguridad de algunas potencias y porque el pacto anti-armas nucleares de Naciones Unidas no establezca diferencias entre la proliferación vertical y la horizontal. El embajador cubano, Pedro Núñez Mosquera, ha afirmado que se destinan más fondos para el desarrollo de nuevos tipos de esos artefactos que durante la Guerra Fría.

“¿Cómo aceptar esa situación cuando bien avanzado el Siglo XXI hay 2.500 millones de seres humanos que viven en la pobreza, 1.100 millones sin acceso al agua potable, más de 800 millones que no saben leer ni escribir, por sólo citar algunas de las cifras más alarmantes de nuestra llamada civilización?”, aseguró.

Para Núñez Mosquera el éxito de este foro dependerá de la aprobación de un calendario concreto que permita de manera transparente, irreversible, verificable y jurídicamente vinculante la eliminación de todas las armas nucleares a más tardar en 2025.

Por su parte, el gobierno de Argentina ha pedido la reducción de los arsenales nucleares en posesión de los Estados Parte del Tratado de No Proliferación (NPT). Según el ministro argentino de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana, el número de ese tipo de armas es abrumador y constituye la máxima amenaza a la seguridad colectiva y a la proliferación.

“Resulta desilusionante la escasa contribución y voluntad de estos Estados

para dar cumplimiento al equilibrio de obligaciones que establece el NPT. Son los únicos que parecen no haber cumplido con sus responsabilidades“, dijo.

Sin embargo, resaltó dos hechos positivos como el reciente acuerdo entre Estados Unidos y Rusia para la reducción de sus respectivos arsenales, y la declaración unilateral de Estados Unidos de no producir ni ensayar nuevas armas nucleares.

Perú también tomó la palabra en este foro y lo hizo para respaldar la propuesta de establecer medidas que incrementen la seguridad de los materiales e instalaciones nucleares a través del desarrollo de sistemas de detección e investigación y de un mayor intercambio de información entre los Estados y de un mecanismo eficaz de verificación.

El embajador de Perú, Gonzalo Gutiérrez Reinel, indicó que dado el creciente interés en desarrollar energía nuclear, su país está abierto a considerar la gestión multilateral de bancos de combustible con el fin de instaurar mecanismos no discriminatorios de conformidad con el NPT.

El diplomático subrayó que todas las medidas para la seguridad del suministro de combustible nuclear tendrían que ubicarse en la marco del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Por otra parte, Gutiérrez Reinel manifestó preocupación por ciertas conductas de países que han desarrollado tecnología nuclear al amparo del derecho a su uso pacífico y que luego pretenden retirarse del NPT desconociendo sus compromisos de no proliferación y desarme.

Por último, Costa Rica destacó que es inconcebible que “un puñado de gobiernos y sectores militares justifiquen la posesión de armas que son la mayor amenaza para el planeta”.

En su intervención, el embajador costarricense Jorge Urbina, sostuvo que conviene explorar nuevas me didass para eliminar esos artefactos y aseguró que su país considera indispensable fortalecer los principios de transparencia, irreversibilidad y verificación de las acciones de desarme.

“El legado del régimen que hoy tratamos de salvar es un mundo donde hay más armas nucleares, un mundo donde hay más estados nucleares. Un mundo, en fin, capaz de destruirse más veces y más rápido del que existía cuando se puso en marcha el actual régimen de no proliferación”, expuso Urbina.

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