Más corrupción y atentados en Afganistán
El escándalo vuelve a rodear al gobierno afgano de Hamid Karzai. Según ha publicado el diario estadounidense The New York Times, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha realizado pagos durante los últimos años a un importante asesor del gobierno afgano acusado de corrupción.
Mohammed Zia Salehi, cercano colaborador del presidente Karzai y jefe de administración del Consejo Nacional de Seguridad afgano, ha estado en la nómina de la CIA durante varios años, según asegura el diario, citando fuentes de los gobiernos afgano y estadounidense.
Las fuentes anónimas citadas por el diario no precisaron si a cambio del dinero de los servicios secretos Salehi proporcionaba información a la CIA, trataba de inculcar los puntos de vista de Estados Unidos en el seno del Gobierno afgano o si realizaba ambas tareas.
El rotativo neoyorquino dice que el caso resalta las profundas contradicciones que existen en la Administración del presidente Barack Obama en Afganistán, con algunos sectores exigiendo a Karzai que haga más por atajar la corrupción y otros subvencionando a personas sospechosas de cometer ese tipo de delitos.
Salehi fue arrestado el pasado mes de julio por la policía afgana después de que las autoridades judiciales captaran una grabación en la que exigía un soborno
(un coche para su hijo) a cambio de impedir una investigación respaldada por Estados Unidos contra una compañía afgana dedicada a realizar transacciones a otros países y a la que se acusa de evadir miles de millones de dólares para miembros del gobierno afgano, traficantes e insurgentes.
Siete horas después de su arresto fue liberado gracias a la intervención personal de Karzai, quien posteriormente convocó al jefe de la investigación al palacio presidencial de Kabul para exigirle explicaciones sobre el arresto de Salehi. Desde entonces el presidente afgano ha amenazado con limitar los poderes de la unidad anticorrupción que lleva el caso.
La semana pasada el senador demócrata por Massachussets, John Kerry, viajó a Kabul para entrevistarse con Karzai, una reunión en la que trataron el caso de Salehi. En una entrevista posterior, Kerry expresó su preocupación por las relaciones entre el asesor de Karzai y el gobierno estadounidense, recuerda el diario. “Vamos a tener que examinar esa relación muy cuidadosamente”, indicó el senador.
“La CIA trabaja duro para avanzar en todos los ámbitos de los objetivos políticos de Estados Unidos en Afganistán”, señaló al rotativo neoyorquino un portavoz de la agencia de inteligencia, Paul Gimliano, quien se negó a decir cuál era la relación de Salehi con la CIA.
El diario neoyorquino asegura haber tratado de contactar con Salehi sin éxito. También afirma que envió a la oficina de Karzai un listado de preguntas, entre ellas si Salehi trabajaba como informante para la CIA, pero no ha recibido respuesta.
Salehi es un hombre de confianza de varios de los más poderosos miembros del gobierno afgano
, entre ellos Engineer Ibrahim, quien hasta hace poco desempeñaba como subdirector de los servicios de inteligencia de Afganistán. A principios de año ambos viajaron a Dubai para reunirse con algunos líderes talibán para explorar las posibilidades de alcanzar un acuerdo de paz, según una de las fuentes del gobierno afgano citadas por el periódico estadounidense.
Más muertes
Mientras la sombra de la corrupción sigue acechando al gobierno afgano, los atentados siguen aterrorizando a la población afgana. Ocho policías afganos han muerto en un ataque de la insurgencia talibán en la provincia de Kunduz, al norte del país, según ha comunicado el gobernador de la región, Mohamad Omar.
El ataque tuvo lugar justo antes del amanecer, mientras los policías dormían, precisó Omar en declaraciones a la prensa. Otro policía resultó herido y otro logró escapar, añadió, revisando a la baja el balance que había ofrecido previamente de 9 fallecidos.
Según los vecinos de la zona, también se han producido víctimas civiles, pero por el momento no hay detalles disponibles al respecto.
Los talibán, principalmente activos en sus bastiones tradicionales en el sur y el este de Afganistán, han incrementado sus ataques en algunas zonas del norte en los últimos meses, a pesar de la presencia de unos 150.000 soldados extranjeros en el país.
A principios de este mes, un terrorista suicida talibán mató a siete policías en Kunduz. Como demostración de fuerza, la semana pasada los talibán lapidaron públicamente a una mujer y a un hombre acusados de adulterio en la provincia.
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