Medio siglo tendiendo manos contra el hambre
Desde que la Organización No Gubernamental católica 'Manos Unidas' naciera en 1959, las cosas no han mejorado mucho en el mundo. Hace díez años había menos gente que pasaba hambre en el mundo, hoy son 963 millones de personas las que no tienen nada que llevarse a la boca y 1.400 millones los que viven en la pobreza más extrema.
Ante este panorama es complicado no actuar y 'Manos Unidas' lo lleva haciendo durante medio siglo. En ese tiempo ha llevado a cabo más de 3.500 proyectos sanitarios, otros 3.000 de promoción de la mujer, cerca de 4.000 proyectos agrícolas, alrededor de 6.000 proyectos sociales y casi 8.000 proyectos educativos.
Este año, la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño colabora con la última campaña de 'Manos Unidas' a través de cuatro proyectos solidarios.
El primero es un proyecto agrícola que pretende fomentar la producción y diversificación agrícola en la zona de Carrefour en el departamento Oeste de Haití, el país más pobre del mundo. Allí viven unas 70.000 personas que subsisten con la agricultura y la ganadería. El proyecto se lleva a cabo gracias a la congreación católica “Petits Freres de Sainte Theresse de Jesús L'Enfant” dirigida por el sacerdote Henry Lama y pretende fomar en técnicas agro-ecológicoas a 900 campesinos para aumentar su producción agrícola.
El segundo proyecto se desarrolla en 20 barrios marginales de Hyderabad, capital del estado de Andhra Pardesh en la India. En aquellas zonas marginales malviven cerca de un millón de personas y las mujeres y los niños son los más desfavorecidos. Con un presupuesto de 36.027 euros, la Archidiócesis de la zona pretende formar en actividades higiénico-sanitarias a un total de 510 mujeres indias.
Otro de los proyectos tiene lugar en la capital de Mauritania, en África. Allí, en Nouackchott 'Manos Unidas' va a crear un taller de costura con un presupuesto de 27.634 euros. Las beneficiarias de este proyecto son jóvenes mauritanas de entre 15 y 25 años, analfabetas y que subsisten a través de la mendicidad y la prostitución. Un total de 40 chicas aprenderán una profesión y aportarán 1 euros de su sueldo para el mantenimiento del taller.
El último proyecto es la mejora de la seguridad alimentaria en el extremo norte de Camerún con un presupuesto de 57.747 euros en Mogode, África. El proyecto se basa en la construcción de seis alamcenes en dos pueblos de Mogode destinados a 10.000 productores y para una población de unos 65.000 habitantes.
Los proyectos son financiados con fondos de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, instituciones religiosas, colegios y aportaciones de particulares.
“LAS CRISIS ECONÓMICA ES UN PROBLEMA, LO QUE PASA EN ÁFRICA ES UNA VERGÜENZA”
El Hermano Marista Aureliano acaba de llegar de Ganna, África, a Logroño. Ha sido invitado por 'Manos Unidas' de La Rioja para explicar qué es lo que sucede en el continente más hambriento del Mundo y cuál es su labor allí.
Aureliano lleva ocho años educando a decenas de niños cuyas familias no comen más que una vez al día. El religioso lo tiene claro: “Lo de la crisis económica puede ser un problema, pero el hambre no, el hambre en África es una vergüenza, un escándalo” asegura. “No hemos avanzado nada, hoy hay más personas que pasan hambre que hace diez años y es porque no existe una voluntad política para terminar con el hambre” Aunque es consciente de que los problemas de África no provienen solamente de Occidente.
El contienente africano está salpicado de gobierno corruptos que miran más por su propio beneficio personas que por el de su comunidad. Sin embargo, el hermano Aureliano cree que si África sale adelante algún día será gracias al esfuerzo de los africanos y no al de Occidente. “Debemos formar a una generación no sólo para que no sea analfabeta sino para que aprenda a pensar cómo sacar a África del agujero” indica el religioso.
Y eso es precisamente lo que hace en la zona rural donde trabaja. En su escuela aprenden a “pensar” 1.150 alumnos cuyos padres subsisten con menos de un dólar al día. Sus profesores apenas cobran 50 euros al mes, algo insuficiente para vivir una familia entera.
Pero Aureliano reivindica una visión positiva de África. “La imagen que de esta continente dan los medios de comunicación es errónea: niños hambrientos, tribus que se matan unos a otros salvajamente.. Africa es mucho más”. De hecho, el sacerdote asegura que quién vive en África ya no quiere volver y que la calidad de vida es mucho mejor que en España. “Los africanos están menos vapuleados que nosotros, es mucho más fácil enseñar a niños africanos que aquí”.
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