Mujeres nicaragüenses en peligro
La violación o el incesto no suponen ninguna justificación para practicar un aborto en Nicaragua. Tampoco se tiene en cuenta la edad de la futura madre ni su salud, el embarazo se llevará hasta el final porque así lo dicta la ley.
La organización Amnistía Internacional crítica esta imposición de la ley nicaragüense en su informe “La prohibición total de aborto en Nicaragua: La vida y la salud de las mujeres en peligro; los profesionales de la medicina, criminalizados”, y donde examina como la negación del aborto tiene un impacto en los derechos humanos de las mujeres y niñas, poniendo en peligro su salud e incluso su vida.
“La prohibición del aborto terapéutico en Nicaragua es una vergüenza. Es un escándalo de derechos humanos que ridiculiza la ciencia médica y distorsiona la ley al ser un arma en contra de la prestación de servicios esenciales de atención médica a niñas embarazadas y mujeres”, dijo Kate Gilmore, Secretaria General Adjunta de Amnistía Internacional en una conferencia de prensa en la Ciudad de México, al regresar de una visita a Nicaragua.
Según la organización pro derechos humanos, esta nueva ley nicaragüense contraviene las normas y protocolos para la atención de complicaciones obstétricas de Nicaragua, emitidos por el Ministerio de Salud, que autorizan el aborto terapéutico como una respuesta clínica a casos específicos.
Amnistía Internacional ha recogido el testimonio de varias familias y víctimas de abusos sexuales, que en muchos casos se han visto obligadas a dar a luz a sus propios hermanos. “Es profundamente preocupante el registro de un aumento en el suicidio por consumo de veneno entre adolescentes embarazadas en el 2008”, asegura la organización en un comunicado.
Los obstetras, ginecólogos y médicos de familia nicaragüenses, consultados por Amnistía Internacional aseguran que con este Código Penal vigente, legalmente ya no pueden proporcionar un tratamiento médico eficaz para enfermedades que amenazan la vida de mujeres embarazadas y niñas debido al potencial riesgo para el feto.
La organización destaca que ni la Comisión de la Mujer de la Asamblea Nacional, ni el presidente de Nicaragua quisieron reunirse con los miembros de la Amnistía para exponer su posición sobre el tema.
“¿Qué alternativas le ofrece el gobierno a una niña de 10 años embarazada como consecuencia de una violación?
¿Y a una mujer que sufre cáncer a quien se le niega tratamiento para salvar su vida sólo porque está embarazada, mientras que ella tiene otros hijos esperando en casa?“, dijo Kate Gilmore.
Imágenes cedidas por Amnistía Internacional
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