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“Nos tienen desbrozando montes en vez de vigilar conatos de incendios”

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Miguel Ángel Gurrea lleva desde 1987 viviendo para y por el monte. Su labor es vigilar para que siempre esté así: verde y vivo. Su profesión es agente de retén de incendios pero además es el responsable sindical de UGT de su gremio. Sabe lo que es luchar, no sólo contra el fuego sino también con las trabas que pone la Administración para realizar su trabajo, el suyo y el de sus compañeros.

La lucha de los agentes de retenes de incendios que depende de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja es larga y ardua. En total existen 12 retenes compuestos por 7 u 8 agentes repartidos por los principales puntos forestales de la comunidad. En verano, la consejería contrata a una empresa privada un retén más, para ayudar a los que habitualmente protegen el monte, una tarea más complicada, si cabe, en verano.

El pasado 15 de julio la Consejería de Medio Ambiente puso en marcha un dispositivo especial en pos de la temporada de alto riesgo de incendios, como cada año. En un verano que está siendo especialmente caluroso, con temperaturas que han rozado los 40 grados en algunas localidades debido a las diversas olas de calor que han activado la alerta amarilla en La Rioja, la comunidad ha preparado un incremento de medios: ampliación del servicio de un helicóptero para todo año así como la de un retén de maquinaria pesada, el aumento del número de trabajadores y de horas de vigilancia así como la incorporación de dos vehículos de primera intervención que se suma a las ocho ya existentes y se ubican en Torrecilla en Cameros y Ezcaray.

Además de la cuadrilla de acción rápida (CARIF), la consejería incorpora dos aviones de carga en tierra con capacidad para 3.100 litros de agua y retardantes. Todo esto garantiza, en parte, la seguridad de nuestros montes, pero para los retenes riojanos no es suficiente.

Gurrea asegura que una de sus reivindicaciones es el aumento de personal porque los turnos son cada vez más largos y los agentes se hacen imprescindibles: “Hay días en los que se exige la presencia del 100% de los retenes y si surge un problema personal, la consejería deniega o restringe los permisos, sobre todo en temporada de alto riesgo porque no hay personal para cubrir los niveles de asistencia” dice el responsable sindical“.

Otra de las reivindicaciones de estos profesionales es una mejora de la organización de trabajo. “No entendemos porque en la época de alto riesgo a los retenes se les tiene ejerciendo labores de prevención, se les hace colocarse el equipo de seguridad e ir al monte a trabajar con moto sierras y desbrozadoras, trabajos físicos muy fuertes, cuando en cualquier momento deberíamos dar respuesta a una urgencia de incendios” asegura Gurrea.

Éste asegura que el año pasado algunos compañeros sufrieron desvanecimientos debido a las altas temperaturas y por el ejercicio físico por lo que si hubiera habido una situación de emergencia, los agentes hubieran acudido a sofocar un incendio “con la lengua fuera”.

El colectivo ha trasladado estas quejas al Comité de Seguridad y Salud que depende de la Secretaría General Técnica de Medio Natural. Pero la respuesta ha sido, a juicio de Gurrea, incoherente. El comité les recomienda a los agentes y siempre guiados a su criterio, que cuando el termómetro marque los 32º, permanezcan en situación de vigilancia por el peligro de incendios, “pero no dice nada si estamos a 31,5º de temperatura”, entonces los retenes deberían realizar las labores que se les adjudica desde Medio Natural.

“Deberíamos estar vigilando por si hay un conato de incendio o realizando actividades relacionadas con estas situaciones como simulacro o aprendiendo a hacer tendidos de mangueras, coordinar autobombas o con guardería forestal” indica Gurrea, “como están otros grupos como la CARIF que esperan en Agoncillo a que se produzca una urgencia, no se les pone a desbrozar montes como a nosotros”.

Además, si este es el deseo de la administración, UGT reclama que la Consejería cambie la hora de entrada para los retenes que suelen hacerlo hacia las 15.00 horas. Si tienen que realizar tareas pesadas en el monte, que las hagan a partir de las 08.00 horas, cuando las horas de calor no son las más intensas.

¿Qué dice la Consejería a estas peticiones?. El Director de Medio Natural del Gobierno de La Rioja, Miguel Urbiola, ha declinado hacer declaraciones a este diario mientras que Gurrea asegura que su respuesta es “hacer sonrisas cuando UGT le expone el problema de estrés técnico de verano como diciendo: oye, yo os estoy pagando un sueldo y tenéis que trabajar” dice el representante sindical, “la Consejería quiere estar en misa y repicando y eso no puede ser, alguna vez ocurrirá una desgracia y entonces pediremos responsabilidades”.

ENFRENTARSE A UN FUEGO Y SALIR ILESO ES CUESTIÓN DE SUERTE

“El día a día de los agentes de retenes de incendios es muy sencillo: entrar a las 15.00 horas de la tarde, el oficial espera órdenes de la dirección y lo más habitual es que manden a los agentes a desbrozar, a arreglar alguna valla de algún granjero o un refugio.

¿Qué ocurre cuando se produce un incendio? “El SOS 112 avisa al retén más cercano que es trasladado al lugar por un helicóptero, este acude a por la Brigada de Acción Rápida si el incendio es importante y se solicita la entrada de otro retén si es necesario. Una vez en el lugar del fuego, es el ingeniero o el técnico forestal quien da las órdenes para acabar con el incendio”.

Pero todo influye, la situación precaria por la que atraviesan los retenes también afecta a la seguridad de los montes y de los propios agentes. Aunque la suerte juega un factor importante. Gurrea asegura que la muerte de cuatro bomberos en el incendio de Tarragona puede ocurrir a cualquier profesional: “Puedes estar trabajando en un valle o se produce un cambio en la dirección del viento o en la intensidad del mismo, es cuestión de suerte”.

La Rioja se puede dar con un canto en los dientes porque no ha habido incendios importantes, tan sólo el de Ezcaray en el año 1989” subraya Gurrea, mientras espera que su labor de este verano sea tan sólo vigilar los montes, a lo sumo; desbrozarlos.

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