Omar vuelve a romperse
La temporada no está siendo benévola con Omar. Tras lesionarse a mediados de la primera vuelta, el delantero del Logroñés tuvo que estar en el dique seco y escayolado durante tres meses. Su recuperación fue lenta, pero el futbolista no perdió la ilusión, a pesar de que veía desde la grada cómo su equipo tampoco lograba remontar el vuelo.
A mediados de enero, Omar regresó al campo de fútbol. Lo hizo casi siempre desde el banquillo y disputando pocos minutos, pero, al menos, consiguió dar muestras de que empezaba a estar totalmente recuperado de sus problemas. Poco menos de un mes después, la suerte le ha vuelto a jugar una mala pasada al delantero riojano.
Tras el entrenamiento del miércoles por la mañana, que la plantilla del Logroñés realizó en el gimnasio, Omar notó un fuerte dolor en la espalda. Pensó que era algo sin importancia, fruto del esfuerzo, y se trató para recuperarse para el día siguiente. Sin embargo, el jueves por la mañana no sólo no había mejorado, sino que el dolor iba a más, por lo que el jugador ni siquiera se pudo vestir de corto para el tradicional partidillo de entrenamiento.
La opinión en el club es que lo suyo tiene “mala pinta”. El jugador deberá ahora hacerse una radiografía que confirme si es una simple distensión o algo peor, como una lesión muscular. En cualquier caso, parece muy probable que el delantero no va a poder estar a punto para disputar el partido del domingo en Cuenca.
La baja no es baladí: Agustín Abadía tenía puestas las esperanzas en un recuperado Omar para suplir a Tomi, de nuevo fuera del equipo (en esta ocasión por cumplir ciclo de tarjetas). Ahora, con Zeki también en el dique seco, el entrenador deberá hacer malabarismos para poder formar un ataque de garantías.
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