Poco listos, poco sanos
Según los firmantes del nuevo estudio, del Medical Research Council (MRC) de Reino Unido, las campañas preventivas van a tener que contemplar medidas para mejorar el cociente intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) de la población para ser realmente eficaces. De acuerdo con sus datos, cuanto menor es el cociente, mayores las tasas de enfermedad y muerte por causa cardiovascular. El indicador en cuestión, aseguran, es más importante que otros factores convencionales, y sólo el consumo de tabaco tiene más peso a la hora de conocer el riesgo cardiovascular.
La enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad en Europa, Estados Unidos y la mayor parte de los países industrializados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la ECV y la diabetes están detrás del 32 por ciento de las muertes que se produjeron en todo el mundo en 2005.
Es sabido que la gente con menor formación académica y menos ingresos suele estar expuesta a mayores riesgos sanitarios y enfermedades en general. Diversos estudios han apuntado algunas razones, como la falta de acceso a los servicios de salud, peores condiciones de vida, estrés crónico y mayor prevalencia de conductas de riesgo, como el tabaquismo.
El estudio del MRC, que analizó datos de más de mil personas de unos 55 años y recopiló información en un periodo de 20 años, clasificó los factores de riesgo por el siguiente orden de preferencia: tabaco, IQ, ingresos bajos, hipertensión y sedentarismo.
El equipo de investigación, dirigido por David Batty, de la Unidad de Salud Pública del MRC en Glasgow (Escocia), aclara que hay diversos motivos que explican la relación entre la inteligencia y la salud, “en particular cómo percibe el individuo el comportamiento saludable”.
Quienes ignoran o no comprenden las advertencias sobre el riesgo de fumar o los beneficios de cuidar la dieta y hacer ejercicio son con toda probabilidad quienes también tienen más riesgo, indican los autores en un artículo difundido en la Revista Europea de Prevención Cardiovascular. “Desde el punto de vista de la salud pública, existe la posibilidad de incrementar el IQ, una medida que ha dado resultados desiguales en algunos estudios sobre aprendizaje escolar y otros programas similares”, añade.
0