Retrato imaginario con historia
La obra del polifacético artista vizcaíno Francis de Blas ha recorrido las principales galerías de arte europeo. Ideas imaginativas, escenarios anacrónicos y pinceladas históricas le han servido para hacerse un hueco en el mundo de las artes pictóricas, desde que se iniciara en la profesión de forma autodidácta en los años 60 con el retrato humano y canino desde una perspectiva histórica como vehículo de expresión.
Blas ha creado un retrato del riojano Gregorio González, natural de Rincón de Soto, una personalidad ilustre en su tiempo a quien la destreza de Francis ha sacado del anonimato tras más de un año de documentación histórica.
Como asegura Francis de Blas, el personaje le cautivó por el contexto adscrito a su obra literaria. El manuscrito nos traslada a las américas en plena guerra ivil entre Carlos II el hechizado y Felipe V. El pintor vizcaíno descubrió al ilustre riojano Gregorio González cuando se documentaba para un encargo pictorico encomendado por la Diputación de Vizcaya.
La literatura se ha tornado para el artista vizcaíno en el mejor espejo histórico para caracterizar a los ilustres imaginados por el artista, cuya identidad y carácter se ven reflejados por el código simbólico guía para el espectador en sus creaciones.
El cuadro homenaje a Gregorio González ha sido confeccionado en óleo. La magia de la tercera dimensión nos traslada a la creación del manuscrito cuyo borrador aparece representado sobre la mesa de trabajo del personaje rescatado del pasado para recordar a la sociedad la importancia de su creación literaria.
EL OBJETIVO
“El objetivo de mi serie de retratos es tener siempre presente al ausente a través del retrato. Esto permite redescubrir al espectador la importancia de la imagen a la hora de difundir su obra y personalidad de forma póstuma y empleando como molde y encuadre la literatura”, explica el pintor.
Junto a las series de retratos humanos, Francis de Blas ha explorado también el retrato antropomórfico, con perros como modelos de escenarios anacrónicos, al estilo de grandes personajes de la historia del Siglo de Oro español.
Su obra bebe de la inspiración del pintor Gustav Klimt, y también se inspira en la ilustración y el cómic. El interés por estos dos últimos géneros se plasma en la creacción de la revista de vanguardia 'Neo Ama de Kass', que sirvió de puente al autor hasta que se decantó por el histórico al óleo. Como asegura Francis de Blas esta técnica pictórica “proporciona a la obra una estética plástica de gran calidad y realismo, y permite al espectador integrarse en la creación hasta el punto de dialogar en silencio con el retrato”.
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