Ser madre en Estados Unidos
La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional ha elevado a la presidencia de los Estados Unidos la reclamación de una Oficina de Salud Materna, que encabece las acciones del gobierno para reducir el notable aumento de la mortalidad materna y las complicaciones derivadas del embarazo en el país.
Según datos facilitados por AI, cada día mueren entre dos y tres mujeres por causas relacionadas con el embarazo, y las complicaciones relacionadas con el parto afectan a un tercio de las mujeres embarazadas, lo que equivale a 1,7 millones de mujeres al año. El riesgo de mortalidad materna estadounidense es superior al de otros 40 países industrializados.
“El extraordinario historial de este país en cuanto a avances médicos convierte en algo aún más escandaloso y vergonzoso el incoherente enfoque de la asistencia materna”, ha manifestado Larry Cox, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos. “Una buena asistencia materna no debe considerarse un lujo a disposición únicamente de quienes pueden acceder a los mejores hospitales y médicos. Las mujeres no deben morir en el país más rico de la tierra por emergencias y complicaciones prevenibles”.
Cox ha sentenciado que: “Las madres no mueren porque Estados Unidos no pueda proporcionar una buena asistencia, sino porque carece de la voluntad política de asegurarse de que todas las mujeres pueden acceder a una buena asistencia”.
El nuevo informe de Amnistía Internacional para Estados Unidos, titulado 'Maternidad: peligro de muerte', revela datos como que las complicaciones graves con riesgo de causar la muerte de la mujer desde han aumentado un 25 por ciento desde 1998 o como que son las mujeres de raza negra, pobres, indígenas o inmigrantes son las más vulnerables y las que más barreras encuentran a la hora de acceder a asistencia sanitaria;
La salud materna es uno de los derechos humanos que amparan a todas las mujeres en Estados Unidos, independientemente de su raza o sus ingresos. Sin embargo, el gobierno no da una respuesta sistemática y enérgica a este problema crítico. Amnistía Internacional insta al presidente Obama a trabajar junto con la secretaria de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius, para establecer, y conseguir que el Congreso financie, una única oficina responsable de garantizar que todas las mujeres reciben asistencia materna de calidad.
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