Sierra Sonora mantiene a Viniegra de Abajo como cabeza de cartel
Transformar un lugar no es cambiarlo por completo si no poner en valor lo que siempre ha estado ahí. Y bajo esa premisa la sierra del Alto Najerilla se convirtió en el telón de fondo de un escenario ya consolidado pero que no quiere crecer más “porque se perdería la experiencia”.
Sierra Sonora puso a Viniegra de Abajo en el mapa este fin de semana a ritmo de Depedro, Travis Birds o Fetén Fetén. Unas 550 personas disfrutaron de los conciertos más multitudinarios y en total unas 1300 personas participaron en alguna de las actividades.
Los justos para no dejar de oír los sonidos propios de la sierra, para que quienes vienen se sientan como en casa y los de casa también disfruten de la experiencia. Unas horas después de echar el cierre al festival, en la organización están satisfechos: “se ha creado un ambiente muy bonito, los artistas han colaborado entre ellos o han cantado unos temas de forma improvisada en el vermú, ha sido muy especial”.
Lejos de los macrofestivales, este festival riojano busca mantener el toque íntimo y poner el entorno como protagonista: “para nosotros es importante el respeto al monte y al pueblo y lo reclamamos en multitud de carteles y también darlo a conocer, es gratificante que te digan que han descubierto Viniegra por Sierra Sonora y les ha encantado”. “Porque a Viniegra hay que venir adrede”, puntualiza entre risas Víctor Grandes, uno de los responsables del festival y el alcalde de la localidad, que aprovecha para agradecer la implicación de todo el pueblo.
Además, aunque la música siempre es el hilo conductor, el festival cada vez se abre más a otras actividades y este año ha contado con paseos por el monte y vistas guiadas, para seguir poniendo en valor el lugar, y con proyecciones de cine, teatro y gastronomía. Sierra Sonora ha tenido en esta edición zona de camping y dos escenarios, uno junto al camping y el otro, más íntimo, en los jardines de la Casa Montero, una casa indiana que dice tanto de la historia de Viniegra.
Sierra Sonora es fiel a su esencia desde que nació hace tres años en mitad de una pandemia con multitud de normas sanitarias. “Estábamos más pendientes del metro que del artista”, recuerda Grandes ahora. Por eso no espera crecer más y tampoco cambiar su espíritu estacional: “el verano es mágico, pero el resto de ediciones que se celebran cuando en el pueblo no hay nadie lo convierten en un momento único, hay que vivirlo”.
*Fotos: Polo Fotógrafos
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