Surrealismo en el Guggenheim
El Museo Guggenheim de Bilbao exhibe desde el pasado viernes y hasta el 7 de septiembre la primera muestra que explora la influencia del Surrealismo en el mundo del diseño: teatro, interiores, moda, cine, arquitectura y publicidad.
Con cerca de 250 objetos procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, muchos de los cuales no se habían exhibido con anterioridad, Cosas del Surrealismo pone de relieve las tensiones que surgieron a raíz de la creciente comercialización de la estética visual de este movimiento.
La muestra pone especial énfasis en Dalí, el artista surrealista más célebre de España, y en la relación de Peggy Guggenheim con este movimiento. Al relacionarse estrechamente con muchos de los protagonistas del movimiento, ella adquirió obras significativas directamente de sus creadores al comienzo de la II Guerra Mundial. Su colección se presentó por primera vez en un sensacional espacio expositivo diseñado por el visionario arquitecto Frederick Kiesler en la calle 57 de Nueva York en octubre de 1942. Este museogalería llamado “Art of This Century” fue el corazón de la vanguardia neoyorquina, y la dedicación de Peggy Guggenheim, su entusiasmo y tenacidad, jugaron un papel destacado en la difusión del ideal surrealista en EE.UU.
Cosas del Surrealismo incluye mobiliario, pinturas, esculturas, vestuario, joyas, cerámica, textiles, fotografías y cine distribuidas en cinco secciones temáticas: El ballet; El Surrealismo y el objeto; El interior ilusorio; La naturaleza se vuelve extraña; y La exhibición del cuerpo. La muestra también proporciona un contexto histórico para el Surrealismo señalando las exposiciones y eventos más relevantes, y resaltando las obras posteriores de los artistas y diseñadores surrealistas cuyas carreras fueron más allá de este movimiento.
Junto a pinturas de René Magritte, Max Ernst, Salvador Dalí e Yves Tanguy se exhiben algunos de los objetos y entornos más extraordinarios del siglo XX, desde el Sofá en forma de los labios de Mae West (1938) y el Teléfono-Langosta (1938) de Dalí hasta los teatrales vestidos Desgarro y Esqueleto de la diseñadora Elsa Schiaparelli (ambos de 1938) y la Mesa con patas de ave de Meret Oppenheim (1939).
0