“Tenemos un scanner parado y al lado otro de la privada a pleno rendimiento”

"Tenemos un scanner parado y al lado otro de la privada a pleno rendimiento"

Olivia García Pérez

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Los problemas en la sanidad pública van, por desgracia, mucho más allá del colapso de las Urgencias ocasionado, según el consejero, “por un repunte de las patologías respiratorias en las últimas semanas”. La sombra de las privatizaciones sigue ondeando sobre algunos servicios del Hospital San Pedro. “Tenemos la sensación de que Madrid es la punta de lanza y, si allí cuela, se extenderá al resto de España”, afirman algunos trabajadores.

Se trata en realidad de una situación que no solo afecta a los trabajadores sino que va en detrimento del propio servicio que se presta al paciente. “En la sanidad pública todo se rige por un criterio puramente médico, los profesionales no ganan ni pierden nada por ejercer de una u otra forma, en cambio en la privada siempre hay un criterio económico y la cosa cambia. No es lo mismo poner una prótesis de cadera que cueste 20.000 euros que una de 100.000. Ahí la decisión no está en el beneficio de una u otra para el paciente sino en la que es más cara o más barata”, explican los profesionales.

Es el caso del servicio de Radiología. Hace años que se decidió externalizar las resonancias magnéticas y los scanner a una empresa privada. Cuesta entender los motivos de esta privatización cuando la sanidad pública cuenta con la maquinaria necesaria para hacer estas pruebas. “Tenemos un scanner parado, no se utiliza para nada. Justo al lado, otro igual de la empresa privada a pleno rendimiento”, explica uno de los técnicos de rayos. “Se están gastando millones cada año en pruebas que se podrían hacer gratis”.

Todo esto no supone únicamente un incremento en los costes. “Si llegas a Urgencias a las tres de la madrugada y te piden un scanner, el panorama es bien distinto. Antes, cuando todo era público, te hacían la prueba con la presencia de un radiólogo que contemplaba en el momento las imágenes captadas e incluso todas las pruebas anteriores que pudiesen existir en el historial del paciente. Ahora, en cambio, llegas y no hay radiólogo. Se toman las imágenes y se envían a Madrid, Argentina o Australia, a saber dónde… Allí, alguien, tampoco se sabe quién ni con qué formación, mira las imágenes y establece el diagnóstico. Se cometen muchísimos errores. Hay fallos garrafales”, explica otro de los técnicos de esta unidad.

Los propios profesionales se sienten “castrados” ya que solo se les permite realizar ecografías y radiografías simples. El resto está en manos de la empresa privada. “No han externalizado todo el servicio, solo la parte lucrativa, los scanner y las resonancias, que es lo que cuesta más dinero”, señalan.

Hace algún tiempo, viendo que se contaba con todos los medios técnicos necesarios, los trabajadores ofrecieron a la gerencia asumir ellos todas esas pruebas, trabajar más si fuera necesario, sin pedir nada a cambio, ni un aumento de personal ni de sueldo. La respuesta fue no. “Debe ser el primer caso en la historia en que los trabajadores se ofrecen a hacer más sin pedir nada a cambio y el jefe dice que no”, comentan entre ellos.

“Siempre se supo la empresa que iba a llevarse el servicio”, denuncian los trabajadores, “y al llegar, no sólo se les puso la alfombra roja, sino que además se les dieron todas las facilidades para ahorrar dinero”. En este sentido, señalan que el hospital puso a su disposición, de manera totalmente gratuita, un local con agua, servicio de limpieza e incluso el equipo de celadores que, siendo empleados públicos, trabajan a su servicio.

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