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Un testigo del atropello mortal del centro de salud de Haro declara que el acusado “era consciente y sabía perfectamente lo que hacía”

Atropello en el Centro de Salud de Haro

Europa Press

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Un médico herido en el atropello masivo del centro de salud de Haro -por el que murió una persona y resultaron heridas otras cinco- asegura que, aunque no puede juzgar la intención del acusado, ha declarado: “Yo sé que la violencia con la que entró fue tremenda y era con voluntad de matar. Impactó el coche muy claramente contra las víctimas. Entró con una violencia descomunal”.

Además otro testigo presente en el atropello dice que aquella noche, el ahora acusado “volvió a girar el coche con intención de atropellar o arrollar a más personas”. “Quería rematar”, ha dicho, considerando que el procesado “estaba consciente del todo en esos momentos, estaba completamente tranquilo” y comenzó a gritar “cosas sin sentido cuando vio llegar a los municipales”.

“Sabía perfectamente lo que estaba haciendo”, ha señalado este testigo. Además, ha indicado que “en un momento dado comenzó a decir que todo era culpa del estado. Para mí que empezó a hacer el 'paripé' cuando se dio cuenta de lo que había hecho porque estaba tan sereno como podemos estar ahora mismo nosotros”, ha reflexionado.

Este lunes ha comenzado la primera sesión del juicio contra una persona acusada de atropellar y matar a una persona y dejar heridas a otras cinco en el parking del centro de salud de Haro la noche del 4 de septiembre de 2023. El acusado, que presenta una enfermedad mental por la cual el Fiscal pide internamiento en un centro psiquiátrico, no se encuentra presente en el juicio tras presentar informes psiquiátricos que así lo recomiendan. Por parte de las acusaciones particulares todos exigen cárcel para el acusado.

“Entró con una violencia descomunal”

El médico herido ha recordado del momento de los hechoa que “aunque estaba anocheciendo se veía bien”. Ha exolicado que estaban trabajando y uniformados “con la ropa de servicio, un uniforme de visibilidad -naranja- que precisamente reúne condiciones de visibilidad”.

Este testigo, médico de emergencias de UVI Móvil que en la actualidad se sigue encontrando de baja por los hechos, se encontraba en el aparcamiento, junto con otros compañeros, entre ellos el fallecido. Lo que ha relatado al jurado popular es que aquella noche “todo fue muy repentino” y ha dicho que no vieron “venir el coche”.

“Recuerdo un impacto tremendo. No sabía qué es lo que había ocurrido pero de repente escuché mucho ruido. Fue un caos muy grande, muchas voces, recuerdo perfectamente el sonido de los cristales rotos. No vi venir el coche, solo recuerdo tener ya el capó encima, los cristales rompiendo y salir despedido”, ha relatado.

En la sesión de este lunes también ha comparecido diferentes testigos del suceso, también heridos, como una enfermera del 061 que ha coincidido: “El suceso fue muy rápido. Yo no vi el coche en ningún momento”. Otros testigos confirman que “fue un visto y no visto. El coche voló”. La mayorías de ellos tienen secuelas psicológicas.

La enfermera del 061 reconoce que, a pesar del tiempo pasado, “sigue doliendo”. “Cuesta mucho salir adelante y solo puedo decir que doy gracias por estar viva pero es algo que cuesta, la cabeza corre mucho más que las piernas y hay días que cuestan mucho”.

Otro técnico en emergencias sanitarias, presente también la noche de los hechos, recuerda “estar hablando con otros compañeros” y de repente “se volvió todo negro”. Ha contado lo siguiente que recuerda: “Verme en el suelo, sin poder moverme y veo a mis compañeros debajo de una ambulancia y a otros intentando reanimar a la víctima. No recuerdo mucho más. No escuché nada”. Como ha explicado en su comparecencia, ha decidido volver a su trabajo “porque lo necesitaba”. “Necesitaba volver a mi rutina y volver a sentirme útil... pero no es fácil”.

En la sesión de hoy también han intervenido dos personas que se encontraban paseando aquella noche, marido y mujer, y que resultaron heridos. Él recuerda “trozos, silencio, oscuridad... y a la víctima”. “Es muy duro que el último suspiro de una persona sea delante de uno mismo”, ha dicho.

Por su parte, su mujer, que estuvo un mes y medio en el hospital San Pedro y, al menos, otros dos en el centro Los Jazmines de Haro, por las heridas recuerda que aquella noche, en un momento dado vio “un resplandor, unos focos, un coche” y ya lo siguiente que recuerda “es estar tirada en el suelo, de costado, con mucho dolor en la pierna y en la cabeza”.

“Lo único que recuerdo es oír 'parada cardiaca' todo el rato pero no sé a quién se refería, yo estaba muy asustada porque también estaba mi marido ahí y no sabía donde estaba”, ha dicho esta testigo, que sigue en tratamiento: “Tengo ataques de pánico”.

En el acto también ha comparecido la pareja de la víctima -con la que llevaba casi 10 años juntos- quien ha explicado a la Jueza que convivían en Vitoria, además señala que tenían planes de futuro y querían ser padres. Tras los hechos, empezó un proceso psicológico que acabo en verano de este año, aunque por un descanso, ha relatado, “para poder volverlo a retomar porque es un proceso muy complicado de asimilar y asentar”. “Al principio sentí mucha confusión, estuve en schok porque mi cabeza no entendía o no podía darse cuenta de lo que había pasado y después cuando te das cuenta, es bastante complicado”.

Sobre la relación de la víctima con sus padres y hermanos, la novia reconoce que la víctima “se preocupaba mucho por la salud de sus padres. Hemos estado pendientes de estar ahí a los cuidados que requerían. Eran una familia”.

“Sabía perfectamente lo que hacía”

Por su parte, otro testigo que se encontraba en el centro de urgencias en el momento de los hechos recuerda que oyó “un golpe muy fuerte” y de repente vio a gente en el suelo“. Además, ha explicado que vio que el coche quería dar la vuelta y fue a pararlo ”porque venía otra vez a atropellarles“.

Ha declarado este testigo: “Yo no lo pensé y me puse en medio para que el coche no siguiera atropellando a nadie más. Él sabía lo que había hecho. Era consciente y asegura que, a pesar de lo que dicen, el padre no echó el freno de mano en ningún momento. El que paró el coche fue el hijo. Sabía perfectamente lo que hacía”.

“Se bajó él del coche y la madre incluso le defendía”. Después -prosigue- el acusado “empezó a decir que todo era culpa del estado”. Otra testigo ha confirmado los gritos en contra del estado que decía el acusado así como “la actitud chulesca” que mantenía.

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