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Todo para el final

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Rioja2

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Titín y Merino II aguantaron a Olaizola II y Aretxabaleta lo que le costó a Aimar enchufarse en modo dominador y a Andoni soltar el brazo. David volvió a jugar un pobre encuentro, mal en la defensa y poco pegador. Augusto, aunque motivado y certero en un arranque de raza, no está para un cara a cara contra el mejor pelotari de ahora. El 22-10 supuso un repaso abrumador y, pese al 1-6 de inicio, un parcial de 7-0 desde el 8-8 terminó con cualquier esperanza riojana. Por si tenemos jóvenes lectores y sus padres no le han puesto el filtro al navegador, no vamos a reproducir la batería de juramentos e improperios que Titín le soltó al estoico juez delantero en el 15-8. El árbitro dio como mala, correctamente, una dejada que se le fue a la chapa.

Mejor dicho: se le fue la pinza. La imagen de Augusto totalmente desencajado al protestar un tanto que cámaras y repeticiones confirmaron que había fallado, sin ningún género de duda, forma ya parte de su registro histórico de enajenaciones transitorias. Un archivo extenso, que rivaliza con el de sus genialidades, el de ganchos, paraditas y planchazos. El carácter del caracolero es competitivo y ganador. De ahí ha salido gran parte de su éxito, de pelear contracorriente, pero, cuando se le cruzan los cables, su figura de luchador se ve deteriorada. Se trata de un defecto que le ha acompañado siempre a lo largo de su extensa trayectoria. Evidentemente, no lo iba a corregir con 45 años, en su última temporada en activo.

Desde que se produjo ese censurable ataque nervios de Titín hasta que Aimar y Aretxabaleta llegaron al 22, no hubo más partido. La dupla riojana, desquiciada y entregada, prefirió guardar las energías para la batalla decisiva. Con la victoria de Berasaluze y Albisu sobre Urrutikoetxea y Begino, las cuentas no pueden resultar más claras: a Titín y Merino sólo les vale el triunfo en la última jornada para acceder a la liguilla de semifinales. El riesgo de aplazar todo para el final y estudiar en la víspera del examen, una situación con la que muchos hemos convivido, es que habitual y desgraciadamente el desenlace acaba mal. Salvo que tuvieras suerte con la quiniela y muy buena memoria, porque una noche no suele enmendar tanta vagancia. O en el caso de Titín y Merino, tanta irregularidad. En 2013 cayeron eliminados en idénticas circunstancias. Así que, si no solventaron antes su futuro en este Parejas 2014, sólo queda confiar en que esta vez se apliquen más para el día clave frente a Urruti y Beroiz.

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