Un incierto futuro
La tregua ha pasado. Durante un tiempo, durante los últimos meses, lo mejor para el Logroñés es que la situación deportivo estuviese lo más tranquila posible. Después de los duros meses entre diciembre y marzo, los jugadores callaron por su bien y el de la entidad. Y domingo a domingo le demostraron a la afición (y se demostraron a sí mismos) que podían salvar la categoría.
Lo han hecho entre impagos y muchos problemas personales. Entre alquileres sin pagar y amenazas veladas de huelga. La recta final de la liga se ha hecho muy larga para todos los implicados, pero los responsables deportivos ya han cumplido. Y ahora es el turno de los despachos. Hay varias tareas pendientes.
1. PAGOS A LOS JUGADORES
Un tema fundamental para la supervivencia del equipo, como todos, pero con un plazo muy concreto. Si los jugadores denuncian y el club no paga antes del 1 de agosto, el club viviría un nuevo descenso administrativo, en una situación similar a la del fin de la campaña 2003-2004, cuando después de haber salvado la categoría deportivamente, la caótica situación dejada por Zalba y Berrocal lleva a una nueva travesía del desierto.
Eugneio Vecino ya ha comunicado a los integrantes del club que la situación económica del equipo no permite asegurar los pagos. Ahora el siguiente movimiento, ante la más que probable parálisis de los directivos, es para la plantilla. ¿Se quedarán con los brazos cruzados o denunciarán al club? La lógica marca la segunda opción, aunque sólo podrán cobrar lo que se les adeude en dinero a.
2. LA SUBASTA
Un tema que Hortelano ha despreciado desde el día en que se conoció la noticia, pero que tampoco ha hecho nada para solucionar, al menos hasta el momento. El próximo 20 de mayo, la Seguridad Social saca a subasta las acciones del club propiedad de Escuela Internacional de Fútbol.
Los abogados del Logroñés hablaron de impedir la celebración del proceso provocado por la Tesorería de la Seguridad Social, pero la nulidad no ha llegado aún. Si no hay otro remedio, el Logroñés saldrá a subasta en poco más de una semana. Con la liga acabada, allí puede ocurrir de todo. O también nada. De hecho, esta posibilidad cobra más cuerpo a medida que se acerca el momento.
3. PAGOS A ACREEDORES
Al Logroñés ya no le queda otra opción que empezar a pensar en pagar a sus acreedores. Después del acuerdo de quita y espera, las deudas del club se redujeron considerablemente, a cambio de que a partir de 2008 el Logroñés comenzase a saldarlas.
A este respecto, la fecha está confusa. En principio, el Logroñés debería comenzar a reducir su deuda a partir del próximo mes de julio, pero en la asamblea que Hortelano convocó con los socios repitió insistentemente en que la fecha de inicio de los acuerdos de pagos era octubre. Desde entonces, el presidente del club no se ha dejado ver.
La realidad es que si el Logroñés no cumple fielmente con la reducción de la deuda, cualquier acreedor, por pequeño o desconocido que sea, puede pedir la quiebra de la entidad. Y, si lo hace, adiós al Logroñés.
4. ¿Y?
En cualquier caso, la pregunta obligada que llega cada final de temporada es “¿y ahora qué?”. El fútbol en Logroño se merece un equipo que pueda luchar al máximo. La mayoría de los aficionados que no se han hartado han dejado clara cuál es su postura. Pero el Logroñés necesita un presidente que aporte dinero, cosa que Juan Hortelano parece ya poco dispuesto a hacer. Su presencia en la ciudad dificulta más que ayuda e incluso esta temporada ha perdido el apoyo de la afición que aún confiaba en él. ¿Habrá un nuevo presidente antes del mes de agosto? Como siempre ocurre en Logroño, el verano futbolero no permitirá ni un día de tranquilidad.
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