Un profesor riojano plantea “aprender al revés” con una novedosa técnica a partir de vídeos
El profesor de Didáctica y Organización Escolar del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Rioja, Raúl Santiago, ha considerado que “hay que convertir las aulas en espacios de aprendizaje, no de enseñanza”.
Santiago ha publicado la obra 'Aprender al revés. Flipped learning 3.0 y metodologías activas en el aula', basada en un método de aprendizaje que se basa en darle la vuelta al proceso educativo, haciendo que el profesor deje de ser un “explicador” para ser un “dinamizador”.
Mientras que el modelo actual de enseñanza se basa en la trasmisión de la información desde el profesor hacia los estudiantes, el modelo del Aula Invertida usa las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) para proporcionar recursos a los estudiantes.
En concreto, se basa en que los estudiantes reciban la explicación en un vídeo en casa para que, luego, la tarea del docente en el aula se centre en profundizar en el conocimiento y ponerlo en práctica.
El modelo, ha explicado en una entrevista concedida a Europa Press, se puede aplicar en todos los niveles formativos, incluida la formación de la empresa, talleres para padres y madres, universidad, Educación Secundaria o Bachillerato.
En los niveles de Educación Infantil y Primaria, y dado que algunos profesores son reticentes tanto a los deberes como al uso de la tecnología, el sistema que se usa es el trabajo cooperativo previo a la intervención del docente (como una Comunidad de Aprendizaje).
Así, durante un tiempo en clase los alumnos trabajan el contenido por grupos y, luego, se pasa con el profesor a una fase más práctica. Pero, como en todos los niveles, se trata de que el profesor “tenga el estatus que le corresponde”.
“Cuando aprendemos un contenido, sea el que sea, hay un proceso que comienza por un orden inferior, cuando se analiza con una primera lectura; y un segundo momento, en el que se ve el sentido y se aplica”, ha relatado.
El profesor, por tanto, aparecería en ese segundo nivel, después de que se ha recibido una primera explicación con un vídeo. Éste, en los niveles a partir de Secundaria, se visiona en casa, pero eso, ha señalado Santiago, lejos de aumentar el tiempo de tarea en casa lo reduce.
Incluso, ha añadido, reduce la exposición a pantallas, porque el tiempo que se podría estar usando en ver otra cosas se usa para ver, por ejemplo, un vídeo sobre la fotosíntesis.
“Cuando ves el vídeo no estás sustituyendo al profesor, estás comprendiendo las bases del contenido, para luego desarrollarlo” en el aula con el docente.
De este modo, “se da la vuelta” al sistema educativo, porque los ejercicios que, tradicionalmente, se hacen en casa “causando problemas porque el alumno no lo entiende y su familia no le puede ayudar”, se hacen en el aula; y el tiempo de explicación que, normalmente, se pasa en clase se desarrolla en casa, con un dispositivo.
Otra ventaja para Santiago es que se eliminan las “irrupciones” de los alumnos de clase (hablar con los compañeros, no seguir la explicación) porque “el alumno está ocupado con un proyecto cooperativo” y está “motivado”, lejos de distraerse o aburrirse.
“El profesor debe dejar de ser explicador y pasar a ser dinamizador, una vez que se ha desarrollado el proceso anterior, gracias a las tecnologías, y con toda esa información, se pueden hacer cosas diferentes; avanzar en proyectos, convertir las aulas en espacios de aprendizaje no de enseñanza”, ha indicado.
El vídeo, ha afirmado, “les permite parar, rebobinar, verlo de nuevo”, y el profesor queda como algo “más valioso”, ha señalado al tiempo que ha subrayado que supone “acercarnos al siglo XII”, porque la Educación “no ha evolucionado, se hace igual desde Galileo”.
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