Un punto que sabe a descenso
El efecto Rafa Sáez ha quedado diluido . Después del esperanzador revulsivo que supuso la llegada del técnico gallego, al LCF se le aparecen de nuevo los viejos fantasmas de la era Balta. A día de hoy, tras empatar con Osasuna B en un partido paupérrimo en juego y resultado, el conjunto rojiblanco vuelve a mostrar sus peores carencias: se falla en ataque como se fallaba antes, se ha perdido la chispa y, además, físicamente no sorprende. Todo pinta mal cuando no se puede superar a un rival directo. El CF continúa una semana más en descenso y necesita una victoria como el comer.
Cinco jornadas consecutivas sin ganar han vuelto a resucitar la peor cara de un equipo que atrás mantiene su solvencia, pero al que no le basta con mantener el resultado a cero. Los puntos son ya más necesarios que nunca y cada uno que se regala supone un paso más hacia Tercera. Por eso, el empate ante los navarros sabe a descenso.
Por eso y porque la ilusión de hace un mes se ha quedado en nada. Los espectadores, doscientos a lo sumo, que acudieron al Municipal de Las Gaunas no pudieron disfrutar. Se aburrieron y vieron cómo su equipo se mostró incapaz de ir con decisión a por la victoria.
La primera parte fue concluyente. Salvo un gol anulado a Osasuna B en el minuto dos por fuera de juego y tres oportunidades del CF en saque de esquina, poco más parecido al fútbol se vio. El balón se rifaba sin que nadie lo templase. Ya no hablamos de mimarlo, algo que en la categoría se estila poco; ni tan siquiera se bajó al suelo para trenzar jugadas con criterio.
A algunos jugadores parece que les pesa la camiseta. Dan sensación de apatía, no transmiten ni crean peligro y, cuando lo hacen, se vuelven lentos y torpones. El ejemplo más claro fue Paixao, que en el minuto 44 recibió en el área pequeña un balón sacado de esquina por Salcedo y no fue capaz de darle un toque con el pie. Estaba sólo, delante de portería. El gol, cantado. Pero un defensa de Osasuna logró robárselo.
En la segunda mitad, el CF se estiró un poco más. Hizo lo que había escamoteado durante 45 minutos: jugar en vertical. Sin embargo, el equipo parece cojo. Por la derecha llega, aunque los rivales ya saben que hay es dónde se acumula el peligro. Pero por la izquierda, apenas consigue arañar a los defensas.
Quizás fuera el miedo. O la necesidad de puntuar de ambos conjuntos. O puede que lo limase por completo las aristas de Osasuna B y CF fuese saber que quien marcase un tanto se llevaría el partido. Pero con respeto no se consigue la salvación. Hay que sacudirse la presión y dar un manotazo sobre el campo. Y, sobre todo, marcar.
Ante Osasuna B, en la segunda mitad, sólo Jusué dispuso de una ocasión clara, en el centro del área, que se marchó por poco. El resto fueron balas de fogueo. Y los navarros igual. O peor, porque crearon aún menos ocasiones. Para ambos conjuntos el punto sabe a poco. O sabe mal: a descenso. Pero no hicieron méritos para más. El tiempo para enderezar la situación no sobra, pero existe. Aunque así no.
FICHA TÉCNICA
LCF: Vilches, Garay, Feito (Vellisca, 82), Alberdi, Jusué, Rial, Nacho Franco, Marcos, Paixao (Ederra, 69), Tornero y Salcedo.
Osasuna: Andrés, Samuel, Echaide, Carmena, Tone, Txitxo, Ibai (Jorge Rodrigo, 62), Oier, Guille (Etayo, 69), Ángel y Jokin.
Árbitro: Vico Moreno, del Colegio catalán. Amonestó, por el CF, a Alberdi, Salcedo, Ederra y Jusué. Por Osasuna B, mostró cartulina amarilla a Carmena, Echaide, Samuel, Txitxo y Tone.
Incidencias: 200 espectadores en Las Gaunas.
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