Una venta de condiciones casi inviables
Juan Hortelano manifestó a aficionados y plantilla del Logroñés su intención de cederles, sin coste alguno, el 96% de las acciones del club (todas las que están en su poder). Pero dejó en el aire cuatro condiciones indispensables para la venta que, en realidad, la complican demasiado.
La primera de ellas es que los jugadores formen un nuevo Consejo de Administración, para que Hortelano no tenga problemas jurídicos en caso de la desaparición del club. En principio, es una condición factible, siempre que no tenga que inscribirse en el Registro Mercantil, porque las deudas con Hacienda y Seguridad Social tienen bloqueado cualquier cambio.
Aun aceptando una inscrispción notarial de un nuevo Consejo de Administración, los jugadores deberán presentar un plan de viabilidad (segunda condición) que cuente con el apoyo del Ayuntamiento y del Gobierno de La Rioja (tercera condición).
Además, Fernando Villamor, propietario de la marca y el nombre del Logroñés, debe entregarlo a la institución o al Ayuntamiento. El propio Villamor compareció en la reunión, pero no dejó claro si entregaría el nombre al club; sí al Ayuntamiento, con el matiz de que “alguien tiene que protegerlo”.
Hortelano introdujo una quinta condición, que retiró ante las protestas de los aficionados: que el Logroñés no se pudiese vender a terceros en cinco años. La medida, que enervó a los asistentes que llenaban el salón de actos de la Biblioteca Municipal, fue eliminada de inmediato por el propietario del Logroñés, que insistió en que no quiere “un sólo euro, sólo que el Logroñés siga adelante”. Además, Hortelano aseguró al final de la reunión que no se va a oponer a ninguna venta del club por parte de los jugadores a una tercera parte.
Además, preguntado por Villamor, Hortelano, a través de su abogado, reconoció que no mantendrá ningún pacto de recompra como el que tuvo con Zalba y Berrocal. En el aire quedó, no obstante, el derecho de Fernando Villamor como accionista del club de anular la transferencia de las acciones de Hortelano a los jugadores por no respetar sus derechos.
Entre los detalles de esta temporada, Hortelano reconoció una deuda con los jugadores de 160.000 euros; aseguró que todos los patrocinadores del equipo habían recibido cartas de la Seguridad Social y Hacienda advirtiéndoles que no podían transferir ningún dinero al club; y, finalmente, insistió en que la única solución para el Logroñés pasa por cumplir, en octubre, con los pagos de la quita y espera para entrar en la suspensión de pagos.
Además, Hortelano reconoció una oferta por parte del entorno del Recreación la semana anterior al derbi para que Juan se quedase con el 48% de las acciones del equipos, otro 48% fuese al Recreación y el 4% restante acabase en otras manos. El propietario del club aseguró que la última idea de esa oferta era hacer desaparecer al Logroñés.
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