Uno de cada diez niños riojanos de entre 5 y 16 años sufre eneuresis
El Libro Blanco 'La Enuresis Monosintomática Primaria en España', que se ha presentado en La Rioja, estima que, en La Rioja, cerca de 3.000 niños de entre 5 y 16 años sufren pérdidas de orina involuntarias durante el sueño. A pesar de su importante prevalencia, esta enfermedad no suele ser motivo de consulta por parte de los padres. Además, en el libro se desprende que el 90% de los pediatras riojanos considera que algunos padres no suelen acudir por esta causa al médico lo que se traduce en una falta de diagnóstico y de tratamiento de la enfermedad.
“La enuresis –afirma el doctor José Vicente Bernad Usoz, presidente de la Asociación Riojana de Pediatría de Atención Primaria- es un trastorno mucho más frecuente de lo que se percibe en nuestro entorno. Sabemos que su incidencia es elevada en unos años determinados de la infancia e intuíamos la posible repercusión que podría tener en los niños. Sin embargo, no disponíamos de datos que nos permitieran conocer perfectamente su magnitud, evolución en el tiempo y la forma eficiente de abordarlo por una gran mayoría de los pediatras. De ahí, la importancia del Libro Blanco sobre la Enuresis que refleja con exactitud cuál es la realidad de la enuresis según la perciben los pediatras en La Rioja”.
FALTA DE DIAGNÓSTICO
De acuerdo con el Libro Blanco, la enuresis no está siendo diagnosticada ni tratada en un alto porcentaje de niños. Aproximadamente más de un 30% no están diagnosticados. “Una de las principales causas es la falta de información que existe sobre esta patología, en concreto, el 70% de los pediatras riojanos considera que los padres no están suficientemente informados sobre este trastorno. Junto a ello, -precisa el doctor Bernad- existen otros factores como la vergüenza de decir que su hijo moja la cama o porque no le dan importancia al problema que a veces han padecido ellos, simplemente lo esconden. Otros padres opinan que la paciencia o restarle importancia al problema es la solución. Otros todavía castigan a los niños que mojan la cama y algunos piensan que el pañal es un buen remedio”.
“Sin embargo, -puntualiza- estas soluciones sólo alargan y empeoran un problema que se podría controlar y prevenir sus complicaciones si, por un lado, los padres estuvieran más sensibilizados por el tema y consultarán por este motivo, y por otro, los pediatras realizáramos una búsqueda activa de esta enfermedad.
Por ello, una de las principales propuestas del Libro Blanco es la necesidad de incluir la enuresis en los Programas de Salud del Niño. Como subraya el especialista, “la enuresis debería estar incluida en las carteras de servicios de atención primaria en pediatría ( en estos momentos se debe preguntar en el control de los 5 años del Programa del Niño Sano), sobre todo considerando que la mayoría de los pediatras considera factible diagnosticar y tratar en la consulta de atención primaria la enuresis nocturna”.
Con estas iniciativas encaminadas a diagnosticar la enfermedad y con la adopción del tratamiento adecuado se podrían evitar muchas de las consecuencias asociadas a la enuresis. Según el 90% de los pediatras riojanos, la enuresis puede afectar al niño en su socialización y su vida familiar. “Estos niños –afirma el doctor Bernad- presentan problemas de socialización debido a la dificultad para relacionarse con los demás y por la tendencia a ocultar la enfermedad. Se observa también una disminución de la autoestima, pero la repercusión trasciende también a la familia ya que genera sentimientos de frustración en los padres, sobre todo en aquel que también ha sufrido la enfermedad”.
TRATAMIENTO Y MEDIDAS DE CONDUCTA
El tratamiento está basado tanto en medidas farmacológicas como de conducta. Todos los pediatras riojanos consultados consideran que la combinación de ambas constituye la elección más efectiva. Entre las medidas conductuales se encuentra la terapia motivacional, los dispositivos de alarma y las modificaciones en el estilo de vida como la disminución de la ingesta de liquidos después de cenar. El tratamiento farmacológico mejor valorado por los especialistas es la Desmopresina, un análogo de la hormona antidiurética que aumenta la concentración de orina con los que se reduce su producción, permitiendo a los niños dormir durante la noche sin necesidad de levantarse.
El doctor Bernad invita a todos los padres con hijos de más de 5 años que mojen la cama por la noche a que se lo comenten a sus pediatras “ya que es una enfermedad con un diagnóstico sencillo, no hay que hacer análisis ni otras pruebas, y el tratamiento puede disminuir el tiempo que tarde el niño en controlar la orina por la noche. Aunque se requiere motivación ya que los resultados no suelen ser inmediatos y desde luego no hay que reñir a los niños por hacer algo que es involuntario”.
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