Wikileaks revela la otra cara de la guerra de Afganistán
La reacción de la Casa Blanca no se ha hecho esperar ante la filtración de documentación secreta que parece ser una de las más importantes de los últimos años, por el gran volumen de documentos y por que éstos detallan operaciones secretas y revelan sospechas de colaboración de la Inteligencia paquistaní con los insurgentes. El primero ha sido James Jones, el asesor de seguridad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ha calificado el acto de “irresponsable” y susceptible de poner en peligro la seguridad del país y de sus operaciones, ya que los 91.731 documentos confidenciales filtrados incluyen desde muertes no reconocidas de civiles afganos hasta detalles nunca revelados sobre las operaciones de combate. Jones critica que “Wikileaks no ha hecho el menor esfuerzo para ponerse en contacto con nosotros sobre estos documentos” y lamenta haberse enterado de la filtración a través de los medios de comunicación que los ha recibido.
Los documentos presentan lo ocurrido en seis años de los nueve años que duró el conflicto iniciado por la Administración Bush tras el atentado terrorista del 11-S y detallan entre otras cosas las sospechas de los militares estadounidenses sobre la presunta colaboración de los servicios de Inteligencia paquistaníes con la insurgencia talibán, descripciones de operaciones de combate, transcripciones de conversaciones con políticos locales, la mayoría de ellos clasificados de alto secreto.
No obstante, los archivos revelados no contradicen versiones oficiales de las operaciones, aunque sí contienen información que revela que, en algunas ocasiones, el Ejército estadounidense ha realizado comentarios públicos que llevan a la confusión sobre el desarrollo de la guerra. Sobre estas acusaciones, el asesor de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas de EE.UU., Benjamín Rhodes ha negado que la Administración Obama presentara deliberadamente un retrato confuso de la situación en Afganistán. “El presidente ha sido muy claro a la hora de hablar al pueblo estadounidense sobre los desafíos a los que nos enfrentamos”, declaró Rhodes al diario The New York Times.
El material revelado también alude a Pakistán, ya que se han encontrado varios informes de la Inteligencia estadounidense que acusan al Servicio de Inteligencia Paquistaní (ISI) de “armar, financiar y entrenar a la insurgencia talibán desde 2004” aunque se destaca que no existe ninguna prueba concluyente que demuestre estas acusaciones pues las fuentes encargadas de suministrar la información a los estadounidenses no son lo suficientemente sólidas al tratarse sobre todo de oficiales afganos. Los documentos indican que operativos secretos del ISI habrían entrenado a terroristas suicidas y proporcionado enormes sumas de dinero a los talibán a través de la frontera. Además, existiría un compromiso por parte de la Inteligencia paquistaní por el que se daría apoyo logístico para esconder a los encargados de perpetrar posibles magnicidios, entre ellos el asesinato del presidente afgano Hamid Karzai.
La página fundada por Julian Assange ha administrado el contenido de los documentos de manera simultánea a tres de los diarios más importantes del mundo: el estadounidense The New York Times, el británico The Guardian y el alemán Der Spiegel. Los informes, recogidos entre enero de 2004 y diciembre de 2009 suponen, a juicio del jefe de la sección de la investigación del diario británico, David Leigh, “lo que podría ser la mayor filtración en la historia de los servicios de Inteligencia”.
No obstante, no es la primera vez que Wikileaks realiza este tipo de actos tan reveladores, el pasado mes de abril difundió un vídeo secreto sobre la muerte de un periodista de Reuters en una operación del Ejército estadounidense en Bagdad.
0