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Lluvia fina es un blog del equipo de política de eldiario.es con análisis y opinión de lo que sucede en el día a día en los partidos políticos

Seiscientos lunes en Ferraz, uno en Génova

Cospedal dice que el PP "no consentirá" que gobiernen quienes protestan y no proponen

Manuel Sánchez

Durante trece años he ido casi todos los lunes a la sede socialista de la calle de Ferraz. Donde vivió Pablo Iglesias y dónde aún se compra el número de la lotería de Navidad que eligió Ramón Rubial, o su terminación- Y con muy poco acierto... hasta ahora.

Aproximadamente, he ido unos seiscientos lunes en trece años a las ruedas de prensa del PSOE. Incluso, cuando no había ni ruedas de prensa. Siempre pensé que mi coche sabia que los lunes eran caminito de Ferraz, y creo que el vehículo se iba solo, a veces, sin mirar la agenda ni las previsiones.

En Ferraz he visto de portavoces a José Blanco, a Carme Chacón -que ya nadie se acuerda, pero fue un tiempo la voz del partido por decisión de Jose Luis Rodríguez Zapatero-, a Leire Pajín, a Elena Valenciano, a Óscar López, En la oposición, solía salir Zapatero tras las Ejecutivas. Y, en la actualidad, aparece de tarde en tarde, y siempre tarde, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Y tras seiscientos lunes camino de Ferraz, hace dos semanas me mandaron a la sede del PP en Génova, que no está muy lejos geográficamente. De aparcar en Marqués de Urquijo, a volver a hacerlo en la plaza de París. Tampoco era nada traumático, salvo para el coche.

Había una rueda de prensa de María Dolores de Cospedal, porque se reunía algo parecido a la Ejecutiva del PSOE, aunque sólo “algo parecido” por su forma de funcionamiento interno, apenas duró cuarenta minutos.

Confieso que fui con intención de buscar las “siete diferencias” y, aunque sea en los pequeños detalles, no fue difícil hallarlas.

Las tres primeras son la nomenclatura de los órganos internos del PP y del PSOE, aunque el funcionamiento es el mismo. La reunión de los que mandan en el partido en el PSOE se le denomina Permanente, entre los populares Comité de Direccion. Lo más que se decide en estos encuentros -que siempre he dudado que incluso se celebren- es si se sale en rueda de prensa o no, y qué se convoca en aras de la actualidad política o si lo hace el adversario.

Otra reunión, de mayor importancia, es en la que en el PSOE se llama Ejecutiva Federal, y que en el PP se denomina Comité Ejecutivo Nacional, donde pueden unirse los barones. En ambos partidos, cada vez se convocan con menor frecuencia.

Y luego, el gran cónclave, es lo que los socialistas denominan Comité Federal, con casi trescientos miembros, y que el PP lo duplica en asistentes, aunque no así en cuántos miembros toman la palabra, bajo el nombre de Junta Directiva Nacional.

Ir a Génova un lunes tampoco me sorprendió demasiado con respecto a los otros seiscientos lunes en Ferraz. La cuarta diferencia, a favor del PP, es que se agradece que no te pongan pegatinas a la entrada como en Ferraz -varias camisas tienen la marca-, y te limitas a pasar por un control de seguridad y, posteriormente, se te acerque una persona amablemente para que te identifiques. Poco más.

Luego, entras en una sala de prensa ultramoderna -quién sabe a cuenta de quién corrieron los gastos de las obras-, en la que si te puedes sentar ya no te puedes levantar, porque se te cae toda la mesa cuando lo haces. El afán por ganar espacio y estar muy incómodo, es similar en el PSOE.

Y, al cabo del rato, sale, cuando quiere y sin hora avisada -que nadie se atreva a pedirla, me dicen- quien convoca la conferencia de prensa. Yo debuté en plaza grande, y me tocó la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Pasó por una mampara de cristal de metacrilato como blindada. Luego, da su discurso y sus turnos de preguntas, que ordena, a su gusto, el politico que está en el estrado. En el PSOE lo hace el jefe de prensa y, casi siempre, por riguroso turno (quinta diferencia).

Una compañera de eldiario.es me dice que no le van a dar la palabra, pero al final Cospedal hizo una generosa concesión y pudo formular sus preguntas.

No eran cómodas las dos cuestiones planteadas, y Cospedal no la miraba bien (sexta diferencia), aunque contestó. En Ferraz, más estoicos, ya no miran mal, pregunten lo que pregunten, y lo haga quien lo haga. Salvo algún gesto que se le va de las manos a Elena Valenciano.

Y esto lleva a la séptima diferencia, que me contó una compañera cercana que lleva años haciendo PP. “Aquí, si eres malo, no te dan palabra, o sea, que tengas cuidado. A mí hace semanas que no me dejan preguntar”, me dijo.

Así, como era mi primer día, pasé de mi primera fila en Ferraz, al último banco de la sala se conferencia de prensa de Génova. Allí estuve calladito. Apuntando y escuchando. Y esperando un corrillo al final para presentarme a la todopoderosa secretaria general y poner mi mejor sonrisa. Pero no hubo corrillo.

Pero, más allá de diferencias y de estilos, también hay similitudes. Los seiscientos lunes en Ferraz y uno Génova son más de lo mismo. La pregunta más comprometida se contesta “respetamos las decisiones de los tribunales”, la más novedosa, “eso no me consta, y no tengo conocimiento de ello en estos momentos”, y ante la pregunta más ocurrente... se vuelve al argumentario.

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