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El PP vuelve descompuesto a la celebración del Dos de Mayo

Garrido y Casado en el acto de la Constitución en diciembre de 2018.

Sofía Pérez Mendoza

El PP se prepara para otro Dos de Mayo descompuesto. La fiesta grande de la Comunidad de Madrid ha vuelto a coger al partido en un mal momento. Si el año pasado la cita fue, de facto, el funeral político de Cristina Cifuentes, y nadie pensaba que podía ir a peor, éste la derrota se ha extendido como una masa espesa sobre todas las siglas del partido tras el peor resultado electoral de la historia del PP. Con los datos del 28A, la formación de Casado no tiene garantías de conservar bajo su liderazgo el feudo más preciado para el PP y crece el temor a quedar laminados por Ciudadanos.

“Con la cabeza bien alta”, repite como consigna una dirigente popular para un día de celebración que acumula ya dos ediciones sin nada que festejar y que será el primer escaparate de la campaña que viene. En esta ocasión, el partido llega con la digestión sin hacer y con una nueva pauta de moderación que los candidatos de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, tendrán que hacer suya en muy poco tiempo.

Quedan tres semanas para la cita electoral y en el nuevo encuentro con las urnas los populares se enfrentan a un miedo hasta ahora desconocido: la pérdida del liderazgo de la derecha en uno de sus feudos intocables, la Comunidad de Madrid. “Estamos hablando de las cosas de comer”, resume alguien que conoce bien el partido y que habla del temor a que el PP de las mayorías absolutas, el que ha ganado todas las elecciones desde 1985, quede “laminado” en Madrid.

Con los triunfos o los fracasos electorales –según se mire– a flor de piel, este Dos de Mayo será el enclave perfecto para que los partidos pongan a ondear sus banderas de precampaña. Solo un líder nacional, Pablo Casado, ha confirmado su asistencia. El resto, salvo sorpresas, dejará en manos de sus candidatos en Madrid la labor de ir marcando posiciones en la próxima batalla electoral y todo el protagonismo. Tampoco acudirá ningún miembro del Gobierno de Pedro Sánchez. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, confirmó hace días su asistencia pero ha declinado finalmente la invitación.

Sí estarán prácticamente todos los cabezas de lista de los partidos en las autonómicas y en las municipales, incluidos por primera vez los de Vox (Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith): Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida (PP), Ignacio Aguado y Begoña Villacís (Ciudadanos), Manuela Carmena e Íñigo Errejón (Más Madrid) y Ángel Gabilondo y Pepu Hernández (PSOE), además de los portavoces de la Asamblea de Madrid y del Ayuntamiento de todos las formaciones. Isabel Serra (Podemos) ha anunciado que no acudirá.

A la mezcla de personalidades se suman dos inesperados invitados especiales: los expresidentes Ángel Garrido y Esperanza Aguirre. Él salvó hace un año este mismo acto como anfitrión inesperado tras la dimisión de Cifuentes y hasta hace dos semanas dirigía la Puerta del Sol, donde se celebrarán los fastos.

Este jueves vuelve de la mano de otro partido político, Ciudadanos, que aprovechará la cita en la Real Casa de Correos para saborear su sorpasso a los conservadores en los resultados de Madrid. Los de Rivera obtuvieron apenas 86.000 votos más, que se traducen en un escaño de ventaja, pero los ánimos están muy altos y el líder de la formación naranja ya define la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento como “objetivos de primer orden”.

Aguirre llevaba dos años excusándose para evitar asistir y ahora, en el peor momento del PP, vuelve a su antigua casa. Otra expresidenta que sí mantiene el desplante es Cristina Cifuentes, que ha sido invitada pero ha declinado acudir. Este año era su turno para recibir la Gran Cruz de 2 de Mayo –se da a los expresidentes un año después de dejar el cargo– pero el Ejecutivo actual decidió no otorgarle la distinción por su “situación procesal”. Es el mismo argumento que dejó sin medalla a Ignacio González, imputado en las tramas Púnica y Lezo. Este expresidente, sin embargo, no ha sido invitado a la fiesta.

Santamaría, Cospedal, Casado... 365 días después

Frente a esta lista ecléctica de invitados, el presidente en funciones de la Comunidad, Pedro Rollán, intentará convencer a los asistentes y a los madrileños de que la crisis casi permanente que ha vivido en Madrid desde hace un año no ha afectado al funcionamiento de la institución. La fiesta será también el reencuentro público con su exjefe, Ángel Garrido, y de los dos, a su vez, con la candidata en Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en cuya lista Rollán ha entrado como número cinco.

Garrido no es el único político que ha cambiado los papeles 365 días después del último Dos de Mayo: Casado protagonizó los corrillos en 2018 como flamante promesa para la candidatura al Ayuntamiento de Madrid; las dos mujeres más poderosas del PP y, sin saberlo aún, futuras contrincantes de Casado, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, ocuparon todas las portadas con la foto que evidenció su enfrentamiento. Ya ninguna forma parte de sus filas.

El expresidente regional, que aparecía sentado entre ellas en la mítica instantánea, no solo se ha marchado del PP sino que también ha dejado el escaño que consiguió como parte de su antiguo partido para que, según Ciudadanos, “nadie pueda reprocharle nada”. En la Puerta del Sol se sorprenden en privado de su decisión de pasearse por la fiesta apenas una semana después de comunicar su marcha, aunque en público Rollán niega que su asistencia le violente.

Habrá, seguro, encuentros y desencuentros, sonadas ausencias e inesperados regresos. El escenario para empezar la precampaña está preparado.

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