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El PP de Madrid ve a Andrea Levy en las listas municipales mientras ella multiplica sus actos en la capital

Pablo Casado junto a Andrea Levy en el 18 Congreso del PP.

Sofía Pérez Mendoza / Iñigo Aduriz

De Barcelona a Madrid. La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, empieza a aparecer en las fotos de la política madrileña. En las últimas semanas, la diputada del Parlament ha multiplicado su presencia en actos en la capital: ha recorrido las casetas del partido en las fiestas de pueblos y distritos y se ha presentado en citas importantes para la política local y regional, como los debates sobre el Estado de la Ciudad y de la Región.

Con las encuestas de candidatos ardiendo en la mesa de Pablo Casado, Levy se ha convertido en una habitual en los foros madrileños y, según fuentes del PP de Madrid, seguirá en incremento en la región. “Se quiere venir a hacer política madrileña”, aseguran las mismas fuentes.

De momento nadie la ve como cabeza de lista, pero varios apuntan a que podría ser una perfecta “número dos para el Ayuntamiento”. Tras tres años en el escaparate nacional como vicesecretaria nombrada por Rajoy, Levy ya es una cara conocida. Un valor al alza para el partido, que espera que los resultados de las encuestas internas les guíen sobre qué nombres son más conocidos y qué rostros tienen más fuerza electoral.

En la Puerta del Sol, pendiente de que el presidente Pablo Casado toque con su varita o no a Ángel Garrido como candidato para 2019, Andrea Levy también suena como cara visible para las listas locales. La bolsa de nombres para concurrir a la Comunidad se entrelaza con los del Ayuntamiento. En las quinielas aparecen también otros vicesecretarios cercanos a Casado como Javier Maroto o exministros de Rajoy (Isabel García Tejerina, Fátima Báñez...). 

Es de sobra conocida la cercanía y la “amistad”, en palabras de Levy, entre el nuevo líder del PP y la vicesecretaria. La única, de hecho, que ha mantenido su puesto en la Dirección Nacional con el cambio de liderazgo en Génova tras ser una de las primeras en mostrar su respaldo a Casado en las primarias que partieron por dos el partido en julio.

Levy fue ascendida, junto a él y a Javier Maroto, como parte de la renovación de caras del PP en el 2015. Con el actual presidente ha trabajado mano a mano desde entonces. Ambos comparten, además de la juventud, el sello de cachorros del partido forjados en Nuevas Generaciones.

La diputada en el Parlament, a sus 34 años, tiene muchos platós y tertulias de radio a la espalda, y enseguida ha evidenciado su cercanía o, al menos, complacencia, con la deriva a la derecha del nuevo PP. “A mí lo que me preocupa es que el aborto sea un derecho”, dijo en una entrevista en Vanity Fair en la que defendió la vuelta a la ley de supuestos al considerar que “tuvo más consenso que la ley actual de plazos”. 

Su entorno asegura que la dirigente “no se ha planteado” la posibilidad de concurrir a las próximas elecciones municipales o autonómicas en listas de la Comunidad de Madrid. “En todo caso, se presentaría en Catalunya, donde es diputada en el Parlament”, apuntan desde su equipo.

Fuentes cercanas a la vicesecretaria popular sí reconocen que Levy ha incrementado su presencia en la Comunidad, pero niegan que haya tenido un protagonismo mayor que el del “resto de vicesecretarios”. Lo que sucede, apuntan, es que tanto a ella como al vicesecretario de Organización, Javier Maroto, “se les ve más porque son más conocidos”. Ambos se desplazan “a todos los municipios en los que el partido requiere de la presencia de un dirigente” como hacen, según añaden esas fuentes, “todos los líderes nacionales” del PP.

El equipo de Levy argumenta, además, que el comienzo del nuevo curso político ha coincidido “con las fiestas de muchos pueblos de la Comunidad de Madrid”, y que por eso la vicesecretaria ha tenido que desplazarse a esas localidades en representación de la dirección del partido. Respecto a la multiplicación de actos en la capital agregan que la presencia de la dirigente catalana se debe al “apoyo” que quiere escenificar al portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. “Además, es que físicamente la dirección nacional del partido está en Madrid”, remachan.

En Génova no se pronuncian sobre estos movimientos. Tras el respiro que de momento le ha dado el máster tras la oposición de la Fiscalía de investigarle, Pablo Casado está imbuido en la compleja tarea, llena de peajes, de elegir a los candidatos autonómicos y municipales. En Madrid se juegan la continuidad en feudos que han ido perdiendo las tradicionales mayorías absolutas a golpe de tramas de corrupción y sentencias judiciales. La máxima, según fuentes del PP de Madrid, es “mantener lo que funciona más o menos bien”. 

Recuperar la capital y no perder la Comunidad tras la crisis Cifuentes son dos de los principales objetivos. Los resultados allanarán, o no, el camino de Pablo Casado a la Moncloa. Y Andrea Levy puede ser un activo para contribuir a todo eso. Máxime cuando el panorama en Catalunya, donde es diputada, deja poco espacio al optimismo: con Xavier García Albiol a la cabeza, el PP catalán perdió ocho diputados y se quedó, con solo tres, sin grupo parlamentario propio en diciembre de 2017. Solo alcanzó un 4,3% de los apoyos en las urnas, por detrás de la CUP. 

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