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A la caza del decodificador trucado: el plan de La Liga para acabar con el fútbol pirata y proteger su millonario negocio

Espectadores de un partido entre el Sevilla y el Real Betis.

Laura Galaup

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“Una persona vino, consumió, pidió permiso para hacer una foto, porque debajo de la televisión hay una bufanda del Real Madrid, y resulta que retrató la televisión en vez de la bufanda. Luego pidió un ticket de la consumición y se marchó”. De esta forma recuerda José Luis el día en el que un inspector de la Liga Nacional de Fútbol entró en su establecimiento, una peña madridista situada en el barrio de San Blas (Madrid). A partir de esa visita, y previa intervención policial del decodificador, se inició contra él un procedimiento judicial por emitir partidos de fútbol con una señal pirata. 

Los hechos se produjeron en 2019. La actuación está enmarcada en una operación que La Liga –patronal de los clubes de primera y segunda– lleva desarrollando años para detectar emisiones irregulares de partidos y proteger el negocio milmillonario del fútbol. Cuenta con una red constituida por decenas de inspectores que la institución liderada por Javier Tebas denomina 'verificadores'. 

Una vez que han identificado un establecimiento que no abona los derechos de emisión, los servicios jurídicos de La Liga elaboran y presentan una denuncia ante la Policía Nacional, según la información publicada por El País. Desde la institución dirigida por Tebas aseguran que antes de demandar al establecimiento, dan al propietario del bar “la oportunidad de regularizar” la emisión. “Sin imponerles ninguna multa”, añaden estas fuentes.

A principios de 2019, la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional impulsó la ‘Operación Themis’, que provocó el registro de más de 2.000 establecimientos públicos distribuidos por toda España y la incautación de más de 800 decodificadores, según desveló entonces El País. Desde la patronal Hostelería de España defienden que esta actuación no fue “cómoda” para sus socios, aunque sostienen que “entienden” el posicionamiento adoptado por la La Liga.  

A través de esos decodificadores, que están manipulados, se capta y emite “la señal de canales codificados, como son los que, en las distintas plataformas, emiten los partidos de fútbol de la Liga Profesional, cuyos derechos de explotación audiovisual corresponden, en exclusiva”, a la organización de Tebas, tal y como recordó la Audiencia Provincial de Madrid, en una sentencia emitida en enero de 2021 contra un bar de Alcobendas.  

Uno de los últimos casos judicializados afectó al dueño de un bar de Vallecas. Como ha contado elDiario.es, la Audiencia Provincial de Madrid condenó al propietario del establecimiento por un delito contra los consumidores. Este fallo le acarreó una multa de 180 euros y una indemnización de 196 euros para La Liga. En la sentencia emitida en octubre los jueces lo absolvieron del delito contra la propiedad intelectual que le había acarreado una condena de un año de prisión en primera instancia. Los tribunales por ahora no se han puesto de acuerdo: algunos dictaminan condenas con penas de cárcel y otros se limitan a multar estas actuaciones por delitos leves.

El patrón para detectar la emisión irregular de partidos en el establecimiento de Vallecas condenado también se inició con la visita de una inspectora contratada por La Liga el 20 de octubre de 2018. Después de una visita parecida, la Policía Nacional se personó en el establecimiento de José Luis. “Se llevaron el decodificador, el mando a distancia y el cable de la luz”, relata. 

“Al día siguiente tuvo que ir mi socio a la comisaría a declarar y tuvo juicio. [Sufrió] un poco de incertidumbre porque al inicio le pedían cárcel. Al final se solventó pagando una multa y una mensualidad [por los derechos de emisión] de la televisión. Ya lo hemos puesto legal”, apunta. Desde entonces, abona por la emisión de los partidos, incluida en un paquete que también le suministra wifi y línea telefónica, “alrededor de 400 euros”.

“Sinceramente, me parece una trampa”, recuerda Adolfo (nombre ficticio), propietario de un establecimiento en Getafe, que también fue visitado por un inspector de La Liga. “Nos pareció rara su actitud”, recuerda tres años después de los hechos denunciados y con el establecimiento ya cerrado por las consecuencias económicas de la pandemia. Este hostelero se defiende al asegurar que “desconocía” que contaba con un decodificador, hasta que la Policía lo intervino. “Era del anterior dueño”, sostiene.

Desde la organización Hostelería de España, su secretario general explica que actualmente la emisión de partidos en establecimientos es un mercado “muy consolidado” y “que se ha ido regularizando”. Aún así, Emilio Delgado, secretario general de la entidad, reconoce que la difusión de estas imágenes ha pasado por “una fase de anarquía”.

Según relata, durante años han existido “mafias comercializadoras de decodificadores”. “Al dueño del bar le llegaba una persona, le instalaba un decodificador y sabía lo que tenía que pagar. [Lo contrataba] como compraba jamones, cervezas o boquerones en vinagre para el establecimiento”, indica Delgado. Y añade: “El dueño de un bar no es experto en derecho de telecomunicaciones ni en propiedad intelectual”.

Teniendo en cuenta la proliferación de emisiones pirata, desde Hostelería de España reconocen que pueden “llegar a entender” que La Liga implementase un sistema para detectar las emisiones irregulares. Con el objetivo de luchar contra la piratería, La Liga utilizó un polémico sistema de escucha a través del teléfono móvil de los usuarios de su app. La Agencia de Protección de Datos multó a la organización con 250.000 euros por esta práctica, que el organismo asegura que ya no está en uso y que fue recurrida ante los tribunales.

En 2015, cuando arrancó la campaña de La Liga contra la piratería, Tebas estimó que en España había “200.000 decodificadores funcionando y más de 16.000 direcciones IP” que veían “fútbol gratis” en ese momento. Con todo, destacan que con el objetivo de atajar actuaciones irregulares busca “proteger los derechos audiovisuales de su clubes y defender a aquellos establecimientos que sí cumplen con la legalidad”, indican en una nota de prensa. En otras campañas, también han sostenido que la piratería pone “en peligro la sostenibilidad” del fútbol y de la competición. 

Los derechos del fútbol español mueven miles de millones de euros cada año. En diciembre, La Liga adjudicó la emisión de los partidos de la competición de máxima categoría para los próximos cinco años. Se los repartirán entre Telefónica y Dazn, que gastarán 4.950 millones de euros para emitir en sus plataformas. Para la gestión de la emisión de los partidos en los bares, desde la patronal de los hosteleros abogan por “un sistema de tarifa que sea equitativo y justo”, que tenga en cuenta “la distinta intensidad” y el aforo de los establecimientos. “Que no se apliquen de manera ciega porque puede cometer injusticias importantes”, apunta Delgado.

En esa línea, José Luis, el hostelero de San Blas, defiende que a una peña madridista como la suya no le “beneficia retransmitir” partidos de equipos que no están vinculados a su clientela. “Te intentan vender que te dan todos los partidos, pero a mi el que me da dinero es el Madrid y el Atlético”, apunta. Su gremio también se queja por los horarios de los partidos. “Ahora, para La Liga es prioritario emitir en China y te ponen un partido a las 16.00 horas. Sí, se te llena el bar, pero eso supone que se toman en el primer tiempo un café y en el segundo una copa. En el de las 21.00 horas, la gente consume más y llega a cenar. Hay más ganancia”, apunta. 

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