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El mural dedicado a la maestra Justa Freire en un barrio de Madrid, vandalizado por cuarta vez

El mural de Justa Freire en Madrid, vandalizado por cuarta vez.

Aurora Santos-Olmo

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El mural dedicado a Justa Freire en el distrito madrileño de Latina ha sido vandalizado de nuevo. Y ya van cuatro. La mañana del 17 de agosto el dibujo a la maestra republicana encarcelada después de la guerra civil volvió a amanecer con un símbolo neonazi en la cara: una cruz celta que esta vez le ocupaba todo el rostro. Además también habían borrado el “C/Maestra Justa Freire!!” que los autores de la obra habían escrito arriba a la izquierda y en la parte superior central y con el que quieren reivindicar la vuelta de esa calle, que el Gobierno de Almeida cambió por la del general Millán Astray —responsable de la Oficina de Prensa y Propaganda del régimen de Franco— en cumplimiento de una sentencia judicial, acatada por el Ayuntamiento de Madrid sin recurrirla.

Desde la pasada pintada, el día 1 de este mismo mes, los autores del mural, el colectivo Unlogic, lo habían limpiado. Esta vez ha sido la que menos tiempo ha durado sin volver a ser atacado. “Qué inquina tiene esta gente fascista a la cultura”, ha manifestado la Asociación Memoria Histórica Distrito de Latina, que ha dado la noticia de este nuevo ataque a través de sus redes sociales, en un mensaje en el que ha lamentado que los vándalos prefieran los “golpes y la muerte antes que la inteligencia”.

“El muro tiene un barniz antipintadas”, recuerda en conversación con elDiario.es Jorge Nuño, miembro de Unlogic, que subraya que al hacer la obra utilizaron la misma técnica que en la primera reparación del de Ciudad Lineal, que tuvieron que redibujar entero al haber sido pintadas de negro las caras de las mujeres representadas en él. “En la anterior ocasión que se atacó el de Justa Freire, hace apenas 15 días, ya se limpió y no tuvo que rehacerse la capa de pintura. Exactamente igual que entonces vamos a seguir haciéndolo. Entendemos que puede ser un elemento de disuasión que diga a quien lo hace que por mucho que intenten alterarlo no va a haber ningún cambio al respecto”, añade.

“¿Tanto odio y daño hace una maestra”, se han cuestionado desde la Asociación Memoria Histórica del Distrito Latina. Y la pregunta no deja de tener sentido, cuando en cuatro meses de existencia el mural ha sido atacado cuatro veces. El de ahora es uno más de los ataques a los símbolos dedicados a personas contrarias al franquismo o a mujeres que vienen siendo habituales por colectivos vinculados a la extrema derecha.

Una de las cosas que “no se entienden” es que los ataques puedan repetirse una y otra vez y nunca ocurra nada. Así lo ha manifestado la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, que escribió en su perfil de Twitter: “Algo se está haciendo mal para que sientan la impunidad de (volver a vandalizar el mural) por cuarta vez”. En su mensaje, la edil subrayaba que, “hagan lo que hagan”, la “memoria democrática perdurará”. También ha reaccionado en redes el concejal de este grupo en el distrito de Latina, Javier Barbero, que se ha preguntado si “alguien podría haber odiado a Justa Freire tras conocer su obra o/y su persona”.

En Unlogic, por su parte, lamentan que “falte voluntad para determinar quién es el culpable”. Eso dice Jorge Nuño, que explica a este medio que creen que el autor o autores de los ataques “serían fácilmente identificables con un trabajo policial pertinente y no complejo”. “Pero no tenemos ninguna esperanza de que sea así”.

“Esta acción es un ejemplo más de la polarización que tenemos a nivel social de cómo hemos permitido que determinados mensajes de odio se aplaudan desde nuestras instituciones públicas”, apunta Nuño, que añade que “tenemos un Ayuntamiento en Madrid que es preso de la extrema derecha y la propia Comunidad los toma como socios de gobierno”. El artista asegura que eso ayuda a que los mensajes “terminen llegando” y da lugar a que se siembre odio de forma “indiscriminada” hasta en ámbitos en los que “tendría que haber consenso y no tendría que haber discusión”. “La realidad es que mientras en las instituciones públicas tengamos a estos grupos políticos vamos a seguir teniendo ese tipo de ataques. Es para echarse las manos a la cabeza, pero tenemos una Administración que se pliega a los deseos de la extrema derecha y cuyo resultado termina siendo el ataque no solo a las ideas y las personas, sino a la representación artística de esos valores”.

Justa Freire destacó por su labor como maestra en las primeras décadas del siglo pasado y por su afán por introducir novedades en la enseñanza pública de entonces. Esa es una de las características que la definen, al mismo tiempo que lo es también su pasión por la profesión.

Dio clase a los hijos de los obreros en la II República y posteriormente fundó junto al maestro Ángel Llorca las colonias escolares para acompañar a huérfanos durante la Guerra Civil en Levante. En el franquismo fue encarcelada en las Ventas y allí también siguió mostrando su pasión, al enseñar a escribir y a leer a sus compañeras presas.

“Se está atacando a Justa Freire y llama poderosamente la atención porque es una maestra”, apunta Nuño. El miembro del colectivo Unlogic destaca que fue “pionera” en el ámbito educativo: “No hay más que ver la historia para saber cuál fue su importancia. Tendría que tomarse a Justa como un ejemplo de dedicación y sin embargo se la ataca y se le pone una diana en la frente como si fuera un objetivo político, como si se quisiera denostar toda su obra, no solo por el hecho de ser mujer, que por supuesto que es así, sino por el hecho de haber realizado su labor en instituciones previas a la Guerra Civil”.

Desde el colectivo Unlogic valoran que, aunque sus obras hayan sido atacadas ya en numerosas ocasiones, “siempre hay un rechazo social” hacia estas acciones. “La sociedad sigue reclamando obtener de una vez por todas una reparación integral y un reconocimiento de todo lo que pasó. Creo que eso es un movimiento imparable y cuatro brochas negras o una diana hecha a spray sobre una obra artística que representa a una maestra no van a conseguir que esa voluntad firme a nivel social no continúe, siga evolucionando y al final se imponga”, termina Nuño.

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