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Nuevas áreas solo para residentes y menos autovías: propuestas vecinales para mejorar la movilidad de Madrid

Gran Vía de Madrid con los cortes de carril

Fátima Caballero

La ciudad de Madrid celebra esta semana la Semana europea de la Movilidad. Siete días en los que el Ayuntamiento de la capital pone en marcha acciones para hacer más amable la vida del peatón en la ciudad e intenta concienciar de las ventajas de desplazarse en transporte público y los vehículos sostenibles como la bicicleta: no contamina y ocupa menos espacio. Coincidiendo con esta semana, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinales de Madrid (FRAVM) presenta este viernes una batería de medidas a modo de recomendación que hacen llegar al Gobierno de la capital y al del resto de municipios, pero también a la Comunidad de Madrid para transformar la región en un espacio más habitable, más amable; con la urgencia del medio ambiente como telón de fondo.

La receta es conocida, dicen desde la FRAVM: más espacio para el peatón y para medios de transporte sostenibles como la bicicleta; más transporte público mejor y más barato y no seguir ampliando las infraestructuras viarias. Entre las más de 100 medidas que incluye el informe de la federación, al que ha tenido acceso eldiario.es, destaca la de crear nuevas Áreas de Prioridad Residencial (APR) o peatonal a otros barrios y distritos en el interior de la M-30 y en el exterior. El próximo noviembre, entra en vigor la gran APR Cero Emisiones en el distrito Centro de Madrid, una acción que desde la FRAMV ven positiva pero insuficiente.

“Medidas como la APR de Centro o la reforma de la Gran Vía están bien, son necesarias aunque consuman grandes recursos, pero la ciudad es mucho más que su centro y los barrios periféricos también tienen derecho a beneficiarse de un modelo de movilidad más humano, sostenible y europeo”, explica el sociólogo Vicente Pérez Quintana, autor del informe y responsable de Urbanismo y Vivienda de la entidad.

Los barrios de Argüelles, Jerónimos, Arapiles, Bellas Vistas… y algunas localidades de la región son ejemplos de zonas donde la federación considera que se podría extender la red de APRs. “Aprovechando la morfología de muchos de los barrios de los años 50, 60, 70 y 80, sería factible generar, con un coste no muy elevado, ámbitos de prioridad peatonal en la franja existente entre la M-30 y la M-40, aprovechando polígonos periféricos (conformando supermanzanas o conjuntos de supermanzanas), vías básicas y, muy especialmente, vías secundarias, devolviendo al peatón el protagonismo”, indica Pérez Quintana.

Estas medidas deberían ir acompañadas, según la FRAVM, de una restricción el estacionamiento a los no residentes en la almendra central pero “también en los barrios que sufren el llamado 'efecto borde' (zonas perimetrales a la M-30 como La Elipa, La Concepción, Paseo de Extremadura; o próximas a polígonos industriales o con gran concentración de terciario) que soportan los días laborables la invasión de grandes volúmenes de coches”, explican.

En este sentido, la FRAVM tiene medidas muy concretas destinadas al Ayuntamiento de Ahora Madrid al que recrimina también una mala planificación de los aparcamientos disuasorios. Además de que el Consistorio ha avanzado poco en la construcción de los mismos desde que anunció hace más de un año la creación de nueva, la federación de asociaciones vecinales considera que los anunciados no responden a criterios de necesidad. Para la FRAVM el plan de parkings disuasorios del Gobierno de Manuela Carmena es “poco ambicioso y equivocado”. Uno de los ejemplos que exponen son los que se localizan en las zonas verdes o dotaciones -“el caso más flagrante es el previsto en colonia Jardín”- y por eso considera la asociación que el plan debe “redefinirse”.

Además, la FRAVM propone: reducir el aforo de los parking reservados de las administraciones, convertir los parking municipales del distrito Centro en aparcamientos para residentes cuando venzan las concesiones a modo de que sumado a la gran APR se devuelva el espacio destinado al estacionamiento de coches a los peatones, exigir planes de movilidad a empresas y centros de trabajo de más de diez trabajadores con horarios escalonados y reservar plazas a la población residente de las zonas que padecen el efecto borde.

No ampliar la red viara

La FRAVM apuesta por no seguir ampliando la red viaria. “No cabe seguir aumentando ad infinitum las autovías, autopistas y orbitales que entran, salen, cruzan y rodean la ciudad. El cambio de modelo requiere, en primer lugar, cerrar esa vía de acción”, recoge el informe. Más grandes arterias suponen, antes o después, más coches por el efecto llamada, alertan. “Sobre la malla del viario habría, en cambio, que realizar una serie de actuaciones dirigidas a completarla y mejorar su funcionalidad, resolviendo cuellos de botella y otros problemas de conexión”, propone la federación de municipios y vecinos.

En este sentido, la mejora del transporte público es otro de las asignaturas pendientes en toda la Comunidad de Madrid tanto a nivel regional como local. Además del plan de Cercanías anunciado por el anterior ministro de Fomento, Iñigo De la Serna que preveía una inversión de 5.000 millones en la red madrileña, y que el actual ministro José Luís Ábalos tiene que ratificar, la FRAMV propone que el Cercanías debe llegar a todos los municipios de más de 15.000 habitantes, salvo que dispongan de servicio de metro.

Respecto a los desplazamientos de autobuses interurbanos y de la EMT, los del Ayuntamiento de Madrid, la FRAVM considera que hay que incidir en “la reducción de los tiempos de viaje” y apunta a que hay que cambiar los itinerarios dado que “el patrón actual de recorridos es demasiado radiocéntrico y coincidente con la red de metro”.

Otra de las asignaturas pendientes, que la responsable de Movilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, también ha puesto de relieve, es la de ampliar la red de carriles bus. Para la FRAVM hay que “duplicarla e incluso triplicarla” en los próximos años y lo señala con datos: Madrid es una de las ciudades españolas con menor dotación; unos 100 km de carriles, a razón de 0,03 km por habitante, frente al 0,1 de Barcelona o el 0,13 de Sevilla. Para el metro reclaman un incremento de la frecuencia.

Gran parte de las demandas vecinales relativas a la cobertura de la red de autobuses se centran en las conexiones con los equipamientos sanitarios, asegura la FRAVM en su informe, especialmente los hospitales y centros de especialidades médicas y en las circulares distritales (en el exterior de la M-30). “La puesta en marcha de la línea de San Blas al hospital Ramón y Cajal ha sido un rotundo éxito”, celebran, “pues el volumen de viajeros/as ha desbordado todas las previsiones, mostrando lo acertado de las reivindicaciones vecinales”.

Peatón y bicicleta

Las ciudades tienen que ser para el peatón y en su defecto para la bicicleta, defienden desde la FRAVM, una reivindicación que también ha hecho la oenegé Ecologistas en Acción cada vez que hace balance de la contaminación en la capital: para combatirla solo hay una solución, dicen, y es la de acabar con el coche. Las nuevas APR que demandan así como la mejora del transporte público iría encaminado a ello, pero además piden que las calles sean más seguras y con las espacio para los peatones.

Para ello reclaman una anchura mínima de las aceras de en torno a 1,5 metros; más mobiliario urbano (bancos, papeleras,...), más arbolado y una iluminación nocturna adecuada: ni zonas oscuras ni “luz estridente en vías de tráfico que incitan a aumentar la velocidad”.

Por último, además de avanzar en un Plan Director de Movilidad Peatonal para la capital con las medidas anteriormente mencionadas, la FRAVM incluye en su informe numerosas actuaciones para promover el uso seguro de la bicicleta “como un vehículo apto para desplazamientos por cualquier motivo”, tales como las siguientes: extender el servicio de Bici-MAD a toda la capital, ahora se encuentra solo en el interior de la M-30; limitar la velocidad de los coches (a 10-20-30 km/h según la jerarquía de vías); facilitar el uso de la bici en la calzada en las APR, las supermanzanas y en muchas vías básicas; ampliar la red de carriles bici segregados fuera de estas áreas; dar prioridad a la bici en cruces e intersecciones; crear aparcamientos (en origen y en destino), particularmente en aquellos barrios en los que las viviendas son pequeñas y no disponen de espacio para depositar las bicis.

El informe, que consta de cuarenta páginas, recoge estas y otras medidas que se centran en la capital, aunque no solo, donde se concentra el grueso de los problemas de movilidad y contaminación. Pero aunque la ciudad de Madrid es el punto de más referencia, las recomendaciones inciden sobre todo fuera de la almendra central, es decir, fuera de la M-30, “zonas olvidadas por las administraciones”, afean desde la FRAMV.

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