Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El pueblo de Madrid recibe la medalla de oro en las manos de una médica: “No somos héroes”

La jefa de Medicina Interna del hospital Ramón y Cajal, Mónica López, en la entrega de la medalla de oro al pueblo de Madrid. / Ayuntamiento de Madrid

Sofía Pérez Mendoza

7

3,3 millones de personas representados en una médica que enfermó y curó. Mónica López, médica internista del hospital público Ramón y Cajal, ha recogido, en representación de los madrileños, la medalla de oro otorgada por el Ayuntamiento al pueblo de Madrid por su comportamiento “ejemplar” durante la pandemia. Sin papeles, la sanitaria se ha encaramado al atril por el que acababa de pasar el premio Nobel, Mario Vargas Llosa, con un mensaje sencillo con el que ha sacudido el léxico grandilocuente de la pandemia: “No somos héroes. No tenemos vocación de esto y no nos lo enseñan en la facultad. Procuramos la salud”.

Así ha arrancado la jornada de este San Isidro confinado. Madrid, con 8.700 fallecidos, celebra su patrón de luto y convierte la festividad en un homenaje a los que el virus se ha llevado por delante. “En nuestro día más festivo hacemos más evidente el luto”, ha señalado el alcalde de Madrid, después de entregar la medalla de la ciudad a una sanitaria que ha recomendado encomendarse más a la ciencia que a la religión para avanzar. 

En la antesala de avanzar en la desescalada, los chotis agarramos, las rosquillas y la fiesta en la Pradera tendrán que esperar. Una misa, en la Ermita del Santo, por streaming y cientos de policías velando en las inmediaciones son el retrato más fiel de una ciudad golpeada como ninguna por la pandemia. Los actos institucionales han quedado también reducidos al mínimo. A la entrega de las medallas solo han acudido una parte del equipo de Gobierno, unos cuantos concejales, el delegado del Gobierno en Madrid y el líder de la oposición, Pablo Casado. Casado se ha colocado en primera fila, donde, excepto él, solo había cargos institucionales. El pasado 2 de mayo, el Gobierno de la Comunidad de Madrid también le dio un insólito protagonismo en el día grande de la región. 

El acto ha recogido alabanzas de todo tipo al pueblo. El escritor Mario Vargas Llosa, invitado para dar un discurso, ha descrito a los madrileños como “soldados” que han luchado contra “una plaga medieval a manos descubiertas” en una pandemia que “nos ha hecho menos arrogantes y más humildes”. “Estamos profundamente conmovidos por cómo el pueblo de Madrid se ha conducido en estas semanas tan difíciles en las que las víctimas caían a nuestro alrededor y parecíamos vivir uno de esos periodos espantosos de los que está llena nuestra edad media. Todos los demonios parecían haberse precipitado para malherirnos y matarnos”, ha expresado el premio Nobel. 

El alcalde ha insuflado ánimos a los madrileños como “espina dorsal” de la ciudad y de la resistencia. Y ha pedido a San Isidro “por nuestra salud y la de nuestros convecinos”. El futuro, ha dicho, solo se puede construir con “empatía”. “Madrid es patria, refugio y amparo de gentes leales y generosas que aman la libertad y no temen el futuro. El pueblo ha estado a la altura. Lo hizo un dos de mayo, en guerras, en epidemias... lo ha hecho hoy y lo va a hacer estos meses”, ha concluido el regidor. La vicealcaldesa, Begoña Villacís, ha puesto en valor el “consenso” que ha generado esta medalla entre todos los grupos políticos, a los que ha agradecido “trabajar codo con codo”.

Madrid tiene desde hoy, además, un monumento en recuerdo de las víctimas del coronavirus, 8.700 en toda la región. Se trata de un pebetero situado frente al Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, con una placa que reza: “Vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón”.

Etiquetas
stats