El Mercado de San Miguel excavará todo el suelo bajo sus históricas instalaciones para aumentar su superficie total disponible. Lo hará gracias a un plan especial que se encuentra tramitando el Ayuntamiento de Madrid y que ya cuenta con el visto bueno de las diferentes áreas implicadas, según ha podido comprobar este periódico.
El plan hará ganar a sus actuales propietarios 168,6 metros cuadrados en su planta sótano, hasta llegar a 1.855 m2 de superficie en todo este mercado, una ampliación que se podrá ejecutar pese a la limitación para aumentar el espacio disponible que dictan las normas urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid para los Bienes de Interés Cultural (BIC), figura de protección de la que goza este mercado desde el año 2000.
“En ningún caso se permitirán ampliaciones de plantas inferiores a la baja bajo las zonas edificadas para edificios con protección en grado singular”, explican en uno de sus puntos la citada normativa municipal. Pero una interpretación más amplia que la Comisión Técnica de Seguimiento del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid efectuó en agosto del año pasado permite que prevalezca el 10% de aumento de edificabilidad que llevan aparejados todos los planes especiales, a condición de que se haga “bajo rasante de la edificación protegida”.
Así que el resultado será que la empresa promotora aprovechará esta interpretación para reubicar bajo tierra más espacio para los negocios gastronómicos arrendados, así como diferentes servicios o ampliar los ya existentes como la zona de lavado, después de haber descrito una “situación de colapso técnico” actualmente por la abundancia de instalaciones eléctricas, de gas o comunicaciones en el altillo de la entreplanta, “sobrecargando la misma y originando problemas de seguridad estructural, de protección contra incendios y de salubridad”, explica en la memoria del proyecto a la que ha tenido acceso Somos Madrid.
También alerta la propiedad de que los cuartos de basuras del mercado “se han quedado pequeños con el cambio de normativas” y que los equipos de conservación extraen aire caliente hacia el interior de las dependencias, “provocando temperaturas extremas en la planta de sótano de hasta 45-50 ºC en verano” y elevando también los valores de la planta baja.
Por otro lado, la memoria recoge algunas deficiencias estructurales en sus características columnas de hierro colado y en otros puntos protegidos, cuya consolidación y mejora forman parte del proyecto. También avisa de problemas por filtraciones de agua.
En ningún punto del informe se hace referencia a la intensa actividad comercial que soporta el Mercado de San Miguel a diario por la masiva presencia de turistas ni se establece una relación directa entre esta explotación intensiva y los problemas aparecidos. Actualmente en esta superficie comercial existen 37 operadores que ocupan todos los puestos disponibles.
Excavación del sótano
Toda esta actuación, a la que no se ha incorporado expediente económico alguno en su exposición pública (la memoria económica citada repite en realidad el documento de memoria descriptiva) ha sido solicitada por la empresa Aleda Investements, que adquirió en 2019 el inmueble después de ser vendido por El Gastrónomo de San Miguel, entidad que puso en marcha el proyecto gastronómico destinado al turismo en el año 2009. Aleda es una compañía a su vez dependiente de Redevco, empresa inmobiliaria belga con numerosos activos en España.
Una vez que el plan especial sea aprobado y si no sufre cambios, Aleda podrá acometer obras de acondicionamiento general y obras de reestructuración parcial, entre las que se incluye excavar todo el sótano y consolidarlo a través de micropilotajes, una nueva superficie de la que solo se utilizará además de la existente los 168 metros autorizados por el plan especial, mientras que el resto se dejará sin uso (identificado como espacio no disponible en el gráfico siguiente).
Sus responsables aseguran en la memoria del proyecto que la actuación que se pretende “respetará la integridad del edificio original y de sus elementos arquitectónicos” y permitirá a la vez solventar “numerosas patologías relacionadas con el comportamiento estructural global del edificio”, para evitar “situaciones de colapso puntual, parcial o total”.
Joya arquitectónica de Madrid desde 1916
Situado junto a la Plaza Mayor de Madrid, uno de los puntos más visitados por los turistas en la capital, el Mercado de San Miguel es una de las joyas arquitectónicas de Madrid y testigo de una época en la que existían varios centros comerciales de este tipo en la Cebada, la Paz o Mostenses, que acabaron derribados o reformados.
Construido en 1916, su característica arquitectura de hierro acogió desde ese momento una actividad que antes del siglo XX se ejercía en puestos al aire libre en las plazas de los centros urbanos. Otros elementos destacados además de su estructura de hierro fundido, son sus cubiertas de teja cerámica y su crestería.
El Mercado de San Miguel fue declarado Bien de Interés Cultural en categoría de Monumento en diciembre del año 2000, después de una larga tramitación que se había iniciado por parte del Ayuntamiento de Madrid en el año 1982.