La portada de mañana
Acceder
Sánchez impulsa una regeneración que incluye una reforma del Poder Judicial
La fumata blanca de Sánchez: cinco días de aislamiento, pánico y disculpas al PSOE
Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

“La calle Velarde presenta niveles de ruido asimilables a los de áreas industriales”

Durante una semana, entre el miércoles 28 de noviembre y el martes 4 de diciembre, la plataforma SOS Malasaña ha instalado tres sonómetros en otras tantas viviendas de vecinos de Malasaña situadas en las calles Velarde y San Andrés y en la plaza del Dos de Mayo. El resultado: “La práctica totalidad de las noches en las que se midió la intensidad del ruido en esos enclaves se superó el límite objetivo de calidad acústica legalmente establecido para un entorno residencial, según la vigente legislación española y la ordenanza de la ciudad de Madrid”, denuncia Jordi Gordon, portavoz de la citada plataforma ciudadana.

A continuación presentamos los gráficos de los resultados de la monitorización de ruido en las tres viviendas mencionadas del entorno de la plaza del Dos de Mayo. Cuando el parámetro Ln (Índice de Calidad Acústica NOCHE) es superior a 55, el artículo 14 del RD 1367/2007 indica que las administraciones competentes deberán adoptar las medidas necesarias para la mejora acústica progresiva del medio ambiente, hasta alcanzar el objetivo de calidad fijado, mediante la aplicación de planes zonales específicos.

“Las recomendaciones de la OMS sobre ruido son aún más severas”, apuntilla Gordon, quien recuerda que “la lucha contra el exceso de ruido, que afecta a la salud y a los derechos de los vecinos del  barrio, es una de las causas de SOS Malasaña”, movimiento que reclama un plan especial de actuación en la zona para frenar los múltiples problemas que han colocado al vecino como “una especie en peligro de extinción”.

“Queremos un barrio habitable y un entorno que respete nuestros derechos al descanso, a la intimidad personal y familiar y a la inviolabilidad del domicilio, frente a la contaminación acústica. Esos derechos están reconocidos en la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de 16 de enero de 2018 y que condenó a España. Los demandantes habitan en un área que había sido declarada por su Ayuntamiento 'zona acústicamente saturada', lo que no impidió que siguieran soportando el ruido en sus domicilios, a pesar de las medidas adoptadas. Eso mismo es lo que ocurre en Malasaña”, argumentan desde SOS Malasaña.

Velarde se lleva la palma

Velarde se lleva la palma

Para la medición de ruido, la plataforma vecinal ha contado con el apoyo de la empresa valenciana Blue Noise. Según sus técnicos, atendiendo a los datos de medición, “las de los viernes y los sábados son las noches más apoteósicas” y la calle Velarde se llevaría la palma en cuanto a ruido: “Los niveles de ruido de Velarde son increíblemente elevados y llegan a ser asimilables a los que se supone que se soportan en áreas industriales”.  Todas las noches de medición, esta vía ha sido la única que ha superado siempre el límite recomendado.

Para la muestra, Blue Noise ha aplicado Audiospook, “un sistema de medición en continuo de los niveles sonoros que se producen en un determinado lugar. La innovación que aporta este sistema que proporciona abundante información, accesible incluso en tiempo real, y que aprovecha el uso de nuevas tecnologías para abaratar costes e incorporar técnicas de análisis masivo de datos. Además, está concebido como una herramienta sencilla de utilizar”.

Los medidores fueron instalados en los balcones de las casas. Las calles elegidas para recoger la muestra de ruido sufren regularmente el problema del botellón.

Plan contra el ruido en el centro de Madrid

Plan contra el ruido en el centro de Madrid

Este experimento empírico de SOS Malasaña no viene sino a ratificar algo conocido por las autoridades  y que hace que en Malasaña siga activo el ZPAE, plan especial contra el ruido que, tras cinco años de puesta en marcha, sigue siendo necesario y está siendo revisado en la actualidad por el Ayuntamiento, que dice buscar con ello dotarse de más herramientas para luchar contra la contaminación acústica.

Por su parte, distintos colectivos vecinales creen que la reducción de ruidos en el distrito, mediante la aplicación de las medidas correctoras contempladas en el ZPAE, se produce tan poco a poco que se tardarán muchos años en acercarse a los niveles que la directiva europea considera óptimos.

Para quienes han prestado sus balcones para los sonómetros de SOS Malasaña, si todo siguiera como hasta ahora, la solución sería abandonar sus domicilios. Hablan de que el último verano, en materia de ruido, ha sido el peor de cuantos recuerdan: cabe destacar que las mediciones de las que hablamos se han producido en época de climatología adversa y que, seguramente, de haberse producido durante el estío habrían sido superiores.