La Vuelta a España cancela su última etapa por las protestas contra el genocidio en Gaza

La Vuelta a España se ha visto obligada a cancelar la llegada de su última etapa en Madrid este domingo por las protestas propalestinas. Lo ha hecho después de que el pelotón, a su llegada a la capital, haya tenido que detenerse en diferentes tramos por la invasión de la calzada por parte de los manifestantes. Finalmente, pasadas las 18:30 horas, la organización ha dado por concluida la carrera mientras miles de personas que protestaban en las calles de la capital desmontaban el circuito final.

El primer parón se registraba pasadas las 18.00 horas a la altura del Palacio Real, donde la dirección de la carrera inicialmente había neutralizado la competición después de que un pequeño grupo de manifestantes cortase la calle a la altura del Paseo de la Virgen del Puerto con una pancarta, llegando incluso a provocar un enfrentamiento físico con un ciclista.

En ese momento un enorme grupo de manifestantes cortaba en Gran Vía el circuito al que los ciclistas tenían que dar nueve vueltas por el centro de la ciudad y que todavía se encontraba vacío, con la carrera aún lejos de ese punto. El corte ha empezado por Callao al grito de “que viva la lucha del pueblo palestino” y ha ido avanzando por la Gran Vía en dirección a Cibeles, donde estaba situada la meta y el podio para la entrega de trofeos.

A su paso por la Gran Vía los manifestantes han ido echando abajo las vallas que delimitaban el circuito, lo que impedía que el pelotón pudiera recorrer el trazado planificado inicialmente y obligaba a la cancelación definitiva. Era el final de una etapa que había sido desviada horas antes para evitar el paso por San Sebastián de los Reyes, localidad donde también se juntaban muchas personas con banderas en apoyo a Palestina y pancartas contra el genocidio en Gaza.

La organización de La Vuelta había intentado hasta el último momento acabar la competición: el plan B si se producían invasiones del recorrido era que los ciclistas pasaran entre la glorieta de Neptuno y Colón pero evitando la llegada a la meta original, que estaba situada en la glorieta de Cibeles. Pero finalmente la dirección de la carrera tomaba la decisión de cancelar y el líder de la general se metía en un coche de equipo sin llegar a entrar en el centro de Madrid. Mientras las imágenes de TVE registraban ese momento, la protesta ya convertida en manifestación que bajaba por la Gran Vía se encontraba con otro grupo en la calle Alcalá, que venía de la zona del Paseo del Prado. “El pueblo unido jamás será vencido”, gritaban los participantes en la protesta al unirse. Allí se quedaban, colocando vallas entre ellos y los agentes antidisturbios, durante más de una hora.

En las cercanías de Atocha la actuación policial fue muy diferente a la de Gran Vía. Allí las organizaciones convocantes habían señalado este punto como uno de los más vulnerables para poder interrumpir el circuito. Horas antes del momento previsto para el cruce del pelotón en esa zona, miles de manifestantes se agolpaban ya en un ambiente festivo, entre consignas contra Israel y a favor de Palestina.

La tensión ha ido creciendo a medida que pasaban los minutos y cuando la carrera se acercaba a Madrid, en Atocha los megáfonos celebraban el desvío del circuito en San Sebastián. “Aquí están los antisionistas”, coreaban las personas que se agolpaban ante las vallas de la organización. A la altura del jardín botánico, dos mujeres en silla de ruedas gritaban junto a la multitud. En un movimiento súbito, han empujado con sus sillas las vallas y han abierto una fuga en el circuito que ha provocado una estampida. Los manifestantes han superado a los antidisturbios y han copado el circuito previsto.

Animados por sus compañeros, los manifestantes al otro lado del paseo han empujado las vallas entre gritos, las han derribado el suelo y han entrado también en el circuito. Hubo varias cargas policiales, con lanzamiento de botes de humo para intentar dispersar a los manifestantes.

Las de Atocha o Callao eran las protestas más numerosas, pero las muestras de apoyo a Palestina y las críticas a Israel se sucedieron este domingo a lo largo de todo el recorrido marcado para el paso de los ciclistas, desde horas antes de la llegada prevista para la carrera. A las 16.30, por ejemplo, un grupo de personas reunido en el paseo de La Florida inflaba globos con los colores de palestina, a falta de las banderas que según dicen se han acabado en las tiendas. “No hay que ser ni de izquierdas ni de derechas para condenar que estén matando niños”, explica una de las manifestantes a este medio. Otra indicaba que a falta de respuestas más contundentes de las autoridades, habían acudido a protestar en La Vuelta porque es algo que “se ha demostrado que molesta” al Gobierno de Israel.

A pocos metros, una tercera mujer ondeaba una bandera palestina de grandes dimensiones. Perteneciente a un colectivo del barrio, La Ribera Feminista, había acudido junto a otras vecinas a uno de los tres puntos de las convocatorias en la capital, la primera zona de Madrid por donde accedían los ciclistas desde el Manzanares. “Llevamos haciendo actividades desde hace dos años por este genocidio televisado y planificado, hoy era un buen momento para visibilizar que la sociedad civil no estamos para nada legitimando lo que hacen nuestros gobernantes y, sobre todo, la Unión Europea”. Su intención inicial era “llenar esto lo máximo posible, hacer ruido y que se vea que es un sentir colectivo, venimos con niños y con mayores”, aseguraba entonces, descartando intentos de corte en ese punto. Las primeras interrupciones llegaron un kilómetro después.

Dos detenidos y 100.000 asistentes a las protestas

Pese a las cargas, el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, ha asegurado que las manifestaciones se han resuelto “sin incidentes graves”. Dos personas han sido detenidas, aunque el delegado ha destacado que la inmensa mayoría de personas que se ha echado hoy a las calles en apoyo de Palestina “lo ha hecho de forma pacífica”. El Gobierno cifra en 100.000 las personas que han salido a la calle por la llegada de La Vuelta.

Francisco Martín ha asegurado que el pueblo de Madrid “ha sido ejemplo de dignidad enarbolando alto y fuerte la bandera de la paz” y que “ha enviado al mundo un inmenso mensaje de solidaridad, de humanidad y de empatía con el sufrimiento del pueblo palestino”. También ha agradecido el trabajo de los 2.300 efectivos de Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Municipal de Madrid desplegados, en un dispositivo conjunto extraordinario que “han velado por la seguridad de los participantes en el evento y también de quienes legítimamente han decidido salir a las calles a protestar, a pedir que acabe el genocidio y que acabe la barbarie”.

También ha criticado las palabras del alcalde la capital, José Luis Martínez-Almeida, quien poco antes responsabilizaba al presidente del Gobierno “de lo que ha pasado y de lo que todavía puede pasar” en las calles de Madrid este domingo. Lo hacía en referencia a unas palabras de Pedro Sánchez este domingo por la mañana, antes de los sucesos, en los que mostraba su “admiración” por las protestas en apoyo de Palestina durante La Vuelta. El regidor aseguraba haber vivido “uno de los días más tristes desde que soy alcalde de Madrid”, decía en declaraciones a los medios justo después de ser suspendida la última etapa.

Almeida, cuyo Ayuntamiento había pagado 350.000 euros para albergar el final de La Vuelta, afirmaba que algunos manifestantes habían “inundado las calles de chinchetas y de cristales para que los ciclistas no pudieran pasar” y ha tildado a los miles de personas que han participado en la protesta de “violentos”. Luego, en una declaración institucional, ha insistido en sus argumentos y ha añadido que “los grupos violentos no son el pueblo de Madrid ni representan a nuestra ciudad (...) se han traspasado todos los límites”.

Las palabras de Almeida han ido en la línea de las del presidente de su partido, Alberto Núñez-Feijóo, quien en su perfil de X ha acusado a Sánchez de estar “orgulloso” de aquellos que “han lanzado vallas a la Policía Nacional”. A su vez, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, publicaba un mensaje en la red social X en el que asegura que “la kale borroka alentada por Pedro Sánchez y sus ministros” habría conseguido hacer correr y llorar a niños. “Esto no es Madrid”, zanjaba.

Sus comentarios contrastaban con los de varios ministros del Gobierno y de diferentes líderes políticos de izquierdas, quienes han celebrado la decisión de La Vuelta a España de cancelar su última etapa. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, trasladaba su apoyo a las protestas y ha declarado que “nuestra ciudadanía es un ejemplo de dignidad”. “La sociedad española no tolera que se normalice el genocidio en Gaza en eventos deportivos y culturales. Israel no puede participar en ningún evento. Todo nuestro apoyo a las movilizaciones por el pueblo palestino durante la vuelta ciclista”, señalaba en un mensaje en la red social Bluesky.