El libro europeo de las Pymes fue aprobado por la Comisión Europea en 2003. El texto se pregunta, en su página 12, “¿Qué hace falta para que surjan más empresarios? A partir de ahí pasa a analizar las barreras a la creación de empresas. Y dice los europeos siguen temiendo, sobre todo, a las barreras administrativas que obstaculizan la creación de una empresa. Las nuevas empresas se enfrentan con dificultades para obtener el capital de siembra e inicial que necesitan. La distribución del riesgo entre el sector público y el privado puede ayudar a que aumente la disponibilidad de financiación.”
Los entonces 15 Estados miembros reconocían la importancia del emprendedor en la generación de tejido económico en la Unión. Pedía la propia Comisión un esfuerzo a los miembros por resolver los obstáculos que tienen los emprendedores para convertir sus ideas en empresas. Esas barreras se resumen en tres, burocráticas y fiscales, financieras y de formación.
Era muy difícil crear una empresa, dado la enorme cantidad de trámites necesarios para constituir una empresa. No era igual en todos los países de la Unión Europea, España era de los que tenían más pasos y se tardaba más tiempo. Además cualquier emprendedor debe abordar pagos de impuestos, en algunos casos adelantados.
Los emprendedores no tenían acceso al crédito, a fuentes de financiación típicas o atípicas como business angels, capital semilla... El crédito en Europa entonces sólo estaba reservado para las grandes compañías y PYMES consolidadas.
Por otra parte no existe una formación específica para los emprendedores que se enfrentaban al mercado con una buena idea pero sin conocimientos de gestión.
20 años más tarde, 2013, sólo la formación parece haber mejorado. Hoy los emprendedores pueden tener un bagaje de conocimientos muy importante.
Hoy en día los empresarios pequeños seguimos siendo recaudadores de impuestos qué adelantamos el IVA, cobramos para la Seguridad Social y el IRPF de los trabajadores. Constituir una empresa es un sin fin de trámites, pasos administrativos sin valor y un aburrimiento de funcionarios, notarios, registros...
20 años más tarde hemos ido a peor. La financiación de las PYMES es un desastre, o mejor dicho es absolutamente inexistente. No tenemos acceso al crédito, no hay líneas de avales, no se puede descontar letras o pagarés, no hay dinero en el mercado para nosotros. Pero los bancos han tenido dineros en el ICO, hemos inyectado miles de millones de euros de dinero público para sanear sus cuentas de resultados. Los estados suben nuestros impuestos lo que contrae más aún el consumo, nuestras empresas no venden, no tenemos créditos, no hay dinero...
Las empresas españolas no podemos acceder a contratos en el mercado internacional porque nos piden líneas de avales y financiación internacional de otros bancos que no sean españoles. Porque tenemos un sistema financiero que no es fiable, nuestros bancos no gozan de la confianza de los mercados internacionales y además aunque la tuvieran no nos prestan dinero a las empresas, a los emprendedores.
Las barreras son las mismas, nada ha cambiado, solo ha ido a peor.
Sin embargo, al menos tenemos la sensación de que sólo dependemos de nosotros mismos porque ESTAMOS SOLOS. No tenemos dinero o financiación, pero tenemos necesidad, ganas, creatividad, formación, siempre hubo barreras pero somos especialistas históricos en saltarlas. El mercado global nos espera, si no hay dinero, dedicaremos tiempo, conocimientos, capacidad,...
A pesar de las barreras de siempre, PODEMOS.
