Consiguió más cosas de lo que esperaba. Luchó como un gladiador contra todo, el poder, y todas, las instituciones. Primero fueron las banderas. Luego las iglesias. Y, sin embargo, ahora ha decidido abandonar.
Se trata de Pedro Gómez Sanz, alcalde por el PP de un pequeño pueblo de Segovia, Aldeanueva del Codonal, con cerca de 200 habitantes. Y si su mandato comenzó con polémica, ahora lo termina reavivándola al afirmar que se siente desprotegido y solo, sin apoyos ni institucionales ni vecinales.
Pero ha conseguido todo lo que se ha propuesto. Pedro Gómez Sanz, del PP, es el responsable de que el próximo día 29 se celebre un juicio en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Santa María la Real de Nieva contra el Obispado de Segovia en el que le reclama la titularidad de la Iglesia parroquial de su municipio y de la ermita de la Virgen del Pinarejo. Esta lucha la inició en septiembre de 2012, cuando a través de un bando invitaba “a todo el pueblo, y a los hijos y descendientes del mismo”, independiente de la “ideología que sea”, que no acudan a “ningún acto oficial religioso o civil” hasta que la propiedad de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y de la ermita de la Virgen del Pinarejo «les sean devueltas al pueblo de Aldeanueva del Codonal“.
Sería el día 29 cuando esta cuestión se dilucide en los tribunales la decisión que el alcalde del municipio conoció, en septiembre de 2012 a través de una comunicación del Registro de la Propiedad de Santa María de Nieva, que “el Obispado había inmatriculado la ermita de la Virgen del Pinarejo”, lo mismo que ocurrió a principios de 2011 con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Todo ello lo movió como “medida de presión para defender el legado dejado por nuestros antepasados y que, con premeditación, alevosía y sin comunicación previa de ningún tipo, el Obispado de Segovia nos ha arrebatado”.
“¡En buen lugar están dejando ustedes, por su ambición, a quien les ayudó en su día, y al propio Papa Francisco cuyas declaraciones públicas van más bien en sentido contrario al de su tesis!”, se lamentaba el alcalde Pedro Gómez en una carta que envió al Obispado en agosto de 2013.
En ese escrito, también pedía al Obispo de Segovia que “hay que dar la cara”, sobre todo “antes de apropiarse de las propiedades de forma torticera y oscura”. Gómez Sanz indicaba que era el pueblo “llano” de Aldeanueva del Codonal el que “tiene derechos que no deben ser conculcados, por una imperfección en la Ley, y menos sin su consentimiento”.
Esta guerra será revisada el día 29 de abril, en juicio. Pero Pedro Gómez ha decidido tirar la toalla. Se siente solo y desamparado. Y se va. Ha enviado un comunicado de prensa justificando esta decisión, en la que también involucra al teniente de alcalde.
La dimisión se debe a “causas objetivas y subjetivas”. Y tras especificarlas, el alcalde de Aldeanueva del Codonal también se lamenta por el “poco apoyo prestado por los ciudadanos censados, en especial la junta económica de la parroquia en defensa de la iglesia y la ermita del Pinarejo como patrimonio religioso del pueblo”. Y, además, protesta por “el jarro de agua fría que nuestro Gobierno ha echado encima con las disposiciones salidas del Consejo de Ministros del pasado día 11 de abril sobre el tema de las Inmatriculaciones por parte de la Iglesia Católica en España, de ermitas, catedrales e iglesias”.
Este alcalde, que también recorrió instituciones locales, regionales y nacionales para reclamar la bandera de Castilla y León, de España, una Constitución o un cuadro con la figura del Rey de España, abandona. No puede más con las luchas. Y se va.
De la misma manera que cuando tomó posesión no solo faltaban esas banderas o los textos constitucionales sino que también notó la falta de apoyo del 73 por ciento de la población que el votó, ahora también se va con la sensación de estar solo.
