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El Kia Sportage quiere hacer saltar la banca con sus nuevas versiones microhíbridas y enchufable

Kia Sporteage.

Pedro Urteaga

Mientras muchas marcas sufren asfixiados por la crisis de suministros, la guerra en Ucrania y otros inconvenientes, la coreana Kia está viviendo una de sus épocas más brillantes en España y otros mercados. A su mejor gestión de la falta de componentes se suma la llegada de modelos que, ya antes de esos desastres, habían demostrado un gran tirón popular, como el nuevo Sportage, con el que los de Seúl apuntan a lo más alto.

La quinta generación de su SUV mediano se puso a la venta a principios de este año en versiones de gasolina, mild hybrid de gasolina e híbrida completa, de las que han vendido 5.535 unidades hasta mayo. Ahora se añaden las variantes híbrida enchufable, fundamental en toda estrategia comercial hoy en día, y diésel, con o sin hibridación ligera, con las que esperan catapultarse hasta las 13.000 entregas a final de año.

Pero las ambiciones no se quedan ahí. Tan convencido está del potencial del modelo, que Eduardo Dívar, director general de Kia en España, aspira a repetir el éxito del EV6 y conseguir para el Sportage el título de Coche del Año en Europa 2023.

El diseño es, sin duda, uno de los aspectos que más está seduciendo al público español. Su carácter rompedor sobresale sobre todo en el frontal, donde la parrilla negra combina el tradicional entramado Tiger Nose con unas singulares luces led de marcha diurna de estilo futurista y con forma de bumerán, que a su vez sirven de marco para los faros, también de led.

En el habitáculo, las miradas se van hacia la pantalla panorámica curvada, que agrupa el panel de instrumentos y el sistema multimedia -ambos de 12,3 pulgadas, según versiones-, y, afinando más el ojo, hacia el original display que permite elegir entre dos grupos de funciones básicas del coche: navegación y audio por un lado, climatizador por otro. Este módulo combina además el manejo táctil con mandos físicos para acciones concretas como subir el volumen de la radio o bajar un grado la temperatura deseada.

El Sportage cuenta con un maletero que supera en 88 litros la capacidad de su antecesor. De 503 litros pasa a 591 en los modelos de gasolina sin hibridación, ampliables a 1.780 litros abatiendo los asientos posteriores. Por lo que respecta a las versiones que ahora se incorporan a la gama, el diésel dispone de 571 litros, el enchufable (PHEV) de 540 y el diésel mild hybrid (MHEV), de 526.

Extensa autonomía eléctrica

El PHEV suma el empuje de un motor de gasolina de 180 CV y de un eléctrico de 67 kW, lo que produce 265 CV totales y hace posible alcanzar los 100 km/h desde parado en 8,2 segundos. La batería, de 13,8 kWh, otorga 70 kilómetros de autonomía eléctrica en ciclo WLTP -78 en conducción exclusivamente urbana-, además de la preciada etiqueta 0 emisiones de la DGT. El cargador de a bordo, de 7,2 kW, permite una recarga completa en 2 horas y 20 minutos.

El híbrido enchufable incorpora una transmisión automática de seis velocidades y tracción a las cuatro ruedas. Por medio de un mando situado en la consola central, el conductor puede seleccionar tanto los modos de conducción para carretera como los que garantizan un mejor agarre al circular por nieve, arena o barro.

La nueva versión diésel tiene 115 CV de potencia que se gestionan gracias a una caja de cambios manual de seis marchas. Su variante de hibridación ligera (de etiqueta Eco), en cambio, alcanza los 136 CV y puede llevar un cambio manual inteligente de seis relaciones o uno automático de doble embrague y siete velocidades. Igualmente, se puede escoger con tracción a las ruedas delanteras o total.

Solo como recordatorio, señalemos que el Sportage sigue a la venta en variante full hybrid, de 230 CV, y de gasolina, de 150 CV en la no hibridada y de 150 o 180 CV en el caso de la MHEV.

En el apartado de ayudas a la conducción es obligado mencionar el asistente para evitar colisiones frontales en intersecciones y el que las previene a la salida de aparcamientos, además del control de velocidad inteligente basado en la navegación y que tiene en cuenta las curvas de la ruta, sistemas a los que se agregan un monitor de 360º, el airbag central delantero y el dispositivo de aparcamiento remoto mediante llave. Como siempre subrayamos, nos encanta el monitor de ángulo muerto que muestra la imagen recogida por las cámaras en los relojes del cuadro de instrumentos, cuando accionamos el intermitente.

El modelo híbrido enchufable está disponible en tres acabados: Drive, Tech y GT-Line, que con todos los descuentos incluidos a día de hoy (también el Moves) cuestan 33.750, 37.365 y 43.165 euros, respectivamente. El primero puede completarse con el Pack Design, que por 800 euros incorpora el panel de instrumentos digital denominado Supervision, y el segundo hace lo propio con el Pack Luxury, que encarece la factura en 1.700 euros.

Por lo que respecta a las versiones diésel, cuentan con un acabado más, el básico Concept, y las mild hybrid están asociados a los dos superiores, Tech y GT-Line. En su caso, están a la venta entre 26.576 y 44.276 euros, y los paquetes Design y Luxury salen por 950 y 1.700 euros, respectivamente.

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